La vivienda urbana en Chile durante la época hispana (Zona Central)

parece haber pertenecido a una familia de alto n ivel socio-económico , dado et refinamiento que se ob– serva en su materialización. En su e1ecuc1ón se observa ta persistencia de soluciones ptanimétricas del siglo XVIII pero, a la vez . una más decidida incorporación del tengua1e neoclásico del siglo XIX. Ambas posiciones conviven en esta obra ecléctica, característica de un período de transición en la historia de la arquitectura chilena. Tres patios. de acentuado sentido longitud inal, ordenan la conocida zonificación en que se de– senvuelve la planta ; salvo un costado del primer patio, carecen de corredores y los recintos abren directamente a los espacios abiertos. La vivienda jerarquiza su presencia en la calle , disponiendo un segundo nivel en ese sector, breve planta que incre– menta las dependencias de la zona privada. La fachada posee un tratamiento que difiere en ambos niveles. El primer piso ostenta variados va– nos, para facilitar et acceso a los localescomerciales; se destaca el portón de acceso a ta vivienda , que insinúa una simple solución de portada, con sus dos hojas laboriosamente trabajadas con un diseño tradi– cional. Pero también se observa una de las puertas laterales, rematada con un frontón triangular, como una tímida alusión clasicista. El segundo piso , que remata en un antetecho, posee cuatro vanos regularizados, abiertos a un balcón corrido , que se recoge 1.30 m. del plomo del primer nivel. Estaes una dudosasolución tecnológica, poco usada, de ta cual sólo se observó una pequeña aplicación en la vivienda de la calle Echeverría Nº 1080. La vivienda exhibe numerosos detalles de ter– minaciones de cuidada manufactura. sobre todo en las maderas. Notables son los esbeltos pilares del primer patio , compuestos de una basa de piedra, fuste cilíndrico de madera acanalada, y un clásico capitel seguido del correspondiente entablamento CASO 27 San Francisco Nº 648 (demolida) Esta vivienda constituye un ejemplo de la forma en que los cánones del siglo XV 111 continúan vigentes hasta el siglo XIX. Con la creciente presión de- mográf1ca de la época, la solución tanto de planta como tecnológica de la vivienda colonial ofrece la posibilidad de concretar, sin ningún vuelo creativo, una rápida respuesta a las urgentes necesidades habitacionales de la población de escasos recursos. En la adaptación al programa de nuevos usos, la secuencia de patios coloniales caracterizados por distintas funciones, pierden sus definidos tramos de separación y pasa a generar un solo espacio abierto común, compartido por la batería de recintos que lo rodean. en un planteamiento de integración multifa– miliar, carentede una mínima privacidad y rebajando sensiblemente los niveles de habitabilidad. Si bien posee algunos aspectos corespondien– tes al lenguaje arquitectónico del siglo XIX, la casade San Francisco N° 648 es un claro exponente de la solución recién descrita. inserta en un barrio que va adquiriendo un marcado sentido popular. Recios muros de adobe, techumbre de madera y cubierta de tejas, proveen la materialización de una planta que luego prolifera en delgadas tabiquerías para producir una multiplicidadde pequeños recintos habitables, abiertos a un espacio común. La fachada se expresa mediante un paramento dominante, con una composicióñ simétrica resuetta con una gran puerta central y dos ventanas iguales a cada lado. Todo el trabajo de madera, apreciable en los marcos, en tas molduras y en el importante antetecho, expresa una indudable alusión a diseños clásicos. CASO 28 Alonso Ovalle Nº 849 (demolida) El planteamiento arquitectónico de esta vivien– da confirma la persistencia del modelo colonial hasta avanzado el siglo XIX. Su implantación en et perfil urbano de edifica– ción continua, en un predio angosto y de mermadas dimensiones, condiciona una planta con sólo dos patios, fusionándose tas funciones de la zona de recibo y de la zona de dormitorios en recintos dis– puestos en torno al primer patio. Todo es más re– ducido. pero tanto ta organización planimétrica como su concreción material todavía obedecen claramen– te a cánones consolidados en el siglo XVIII. 27

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=