La vivienda urbana en Chile durante la época hispana (Zona Central)
una portada colonial. En el segundo nivel se observa una simétrica secuencia de balcones en forma de púlpito , que exhiben rejas de simple diseño. La elevación lateral, de definida dominante horizontal, carece de una composición propia y pre– senta vanos que corresponden a las necesidades de la planta. Todas las ventanas son de igual dimensión y están protegidas por rejas lanceoladas similares. Un elemento que sobresale en la perspectiva urbana de la vivienda es el pilar de esquina de piedra rosada, embebido en el encuentro de ambas facha– das; integrado a la masa del muro, ya no está planteado como la solución estructural que facuitaba abrir amplios vanos en las esquinas coloniales, sino más bien corno un aiiorado recurso decorativo. CAS018 Merced Nº 864 La Casa Colorada De las viviendas que se reconocen en este recorrido por Santiago, parece ser que la Casa Colorada constituye uno de los casos que se con– serva auténticamente desde la época colonial. A ello se agregan sus atributos corno representativa de la gran mansión urbana, por lo que se ratifica su condi– ción de paradigma de la arquitectura chilena del siglo XVIII. Los historiadores (1) han establecidoqueMateo de Toro yZambrano adquiere el solaren el aiio 1769; el valor de la transacción asciende a$ 18.000, suma que le facilita su suegra Francisca de Borja de la Carrera. Dos arios después, a raíz de desavenien– cias familiares, Mateo de Toro y Zambrano es de– mandado por incumplimiento de compromiso adquir– ido en torno a la devolución de la cantidad men– cionada y se produce una petición de embargo de la casa recién construida. No obstante, justamente agraciado con el título de Conde de la Conqurista, puede afrontar el problema judicial y mantener el dominio de la mansión. Todos estos antecedentes indican que la vivienda es edificada entre los años 1769 y 1771. Director de la obra aparece mencionado José de la Vega, probablemente un alarife. No ha faltado la atribución de esta obra a Joaquín Toesca, pero es preciso descartarla por cuanto el arquitecto italiano 22 llega a Chile diez años después, en 1780. En su largo ciclo de vida, la vivienda experi– menta verdaderas agresiones a su dignidad. Hay períodos en que casi es irreconocible, entregada en planta y fachada a los excesos de una comerciali– zación avasalladora. En los últimos anos, pasa a depender de la Municipalidad de Santiago y recu– pera lo rescatable de su señorío inicial. Entre los antecedentes gráficos que colaboran al estudio de la vivienda, cabe destacar ta recon– strucción ideal elaborada por el arquitecto Manuel Eduardo Secchi en et año 1941 (2). La planta se organiza en torno a dos patios, ambos de uso de la familia, a los que se agregan dos pequeiios patios de luz que albergan los servicios. Entre los dos patios principales se ubica un salón de grandes dimensiones, de acuerdo a las actividades sociales del propietario. Salvo el oratorio, existen numerosas dependencias cuya función se ignora con certeza, pero no cabe duda que una familia del nivel económico, político y social como la que en– cabeza Mateo Toro y Zambrano demanda para sus usos y costumbres un programa bastante complejo, en que deben considerarse oficinas, variados rec– ibos y una amplia zona privada. La planta del primer piso se complementa con un segundo nivel, dis– puesto solamente en la crujía a la calle. La fachada es una muestra de la riqueza que puede exhibir una obra colonial en Chile. Su com– posición es simétrica; al centro, ta portada que jerar– quiza el acceso; a cada lado, tres vanos en ambos niveles. El tratamiento de los elementos de esta fachada acusa una factura que logra calidad expre– siva, abundando los detalles de cuidadosa elabora– ción . Así, en el repertorio se destacan la gran puerta de madera que exhibe un labrado tradicional, y los balcones en forma de púlpito del segundo piso, que poseen rejas de hierro forjado, al igual que los vanos del primer nivel. Corona la elevación la cubierta de tejas con un mojinete acusando el acceso , como un recurso más que concurre a componer una fachada de logrado equilibrio. (1) EYZAGU[RRE. Jaime. El Conde de la Conquista. Santiago. Editorial Universitaria., 1951 (2) SECCHl MUÑOZ. Manuel Eduardo. Historia de la Ar– quitectura en Sanuago. Siglos XVI al XVIlI. Sanuago, Editorial .Zig-Zag. 1941
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