La vivienda urbana en Chile durante la época hispana (Zona Central)

LA VIVIENDA COLONIAL URBANA OBSERVACIONES FINALES A partir de la fundación de Santiago las man– zanas que se edifican en torno a la plaza mayor son herméticas a causade ladisposición de las viviendas que en su mayor parte las constituyen. Por ser contiguas presentan hacia la calle solamente una fachada - dos continuas en el caso de la vivienda ubicada en el encuentro de dos calles -. Las caras laterales se reducen a sendos muros macizos de adobe y, hacia el fondo, la vivienda termina en la crujía de habitaciones de servicio o en un muro que cierra el último patio. La ubicación relativa de la vivienda en la manzana no parece influir en el partido general, ni en la disposición de los recintos, ni en los elementos adjetivos que configuran sus fachadas. En ese sen– tido - al igual como ocurre en lascasas patronales del valle central - la orientación no repercute ni remota– mente en su respuesta arquitectónica. Una posible explicación de este fenómeno tiene que ver con la eficiente protección con que están dotadas las cons– trucciones coloniales, de modo que las inclemencias climáticas resultan perfectamente controladas. Así, por ejemplo, una fachada enfrentada al norte no difiere en absoluto de otra expuesta al sur o al poniente. Los muros de adobe son suficientemente aislantes de las temperaturas rigurosas del exterior, en tanto ta cubierta de tejas, provista de generosos aleros, constituye una invulnerable defensa contra la lluvia. En otro sentido, se observa que, cuanto más próximas a la plaza fundacional de ta ciudad, las viviendas coloniales tienden a ser más refinadas. Aparece, a menudo, por ejemplo, la portada, a am– bos lados f!anqueada por pilastras que se adosan al muro; en el frontón, el escudo en memoria de los propietarios originales. Tampoco resulta extraria la presencia de uno o más balcones, si se trata de una viviendade dos pisos. El hierro forjado logra su mejor expresión en la rejería que proteje las ventanas. Respecto de las viviendas más distantes del centro histórico original, se advierte en ellas un deseo de austeridad y, por lo mismo, se han vestido sus fachadas con los elementos mínimos. En cierto modo, se asimilan más a las construcciones rurales. Las viviendas-esquina, que constituyen un buen número dentro del universo estudiado, tienen una presencia más gravitante en el paisaje urbano, por cuanto, además de exponer dos fachadas en ángulo recto, consolidan un vérticede lamanzana en la cual se enclavan. Respecto de tos espacios abier– tos - los patios - se advierte una voluntad de asimi– larlos al cuadrado. Tan sólo cuando el espacio se va reduciendo, a mediados del siglo XIX, la proporción tiende a ser más rectangular. Si bien se trata de un espacio privado, delimitado por las crujías de habita– ciones, no es estrictamente introvertido, por cuanto desde allí es posible disfrutar del paisaje tejano. Los espacios intermedios - los corredores - . tan vitales durante los primeros siglos post– fundacionales, aparecen sensiblemente desmedra– dos a comienzos del siglo XIX, terminando por extin– guirse en muchos casos. Otra versión de los espacios intermedios es el parrón, bajo el cual se desarrollan diversas activida– des al aire libre. Lamayorpartede lasveces subdivide virtualmente un espacio abierto, sin por elllo hacerte perder su inteligibilidad. La extensión de la vivienda colonial es justi– ficada por la composición familiar de. la época, la que puede congregar hasta tres generaciones, más un buen número de allegados, además de la servi– dumbre. Desde el punto de vista morfológico existen ciertas características que permiten identificar con alguna propiedad la viviendacolonial urbana. Tienen éstas que ver, por una parte , con los materiales constructivos que se emplean y , por otro, con el repertorio de elementos expresivosque adjetivan las fachadas, sin desconocer que existen, además, si– tuaciones espacialesmuy propias de la tipología. Del referido repertorio formal es preciso destacar el pilar de esquina, la portada, el zaguán, el balcón, los corredores. Se podría afirmar que hasta el siglo XVIII las 213

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=