La vivienda urbana en Chile durante la época hispana (Zona Central)
dría su origen y exp licación en estructuras preexistentes en el área elegida para asiento de la villa. Así, por ejemplo, el Acta de Fundación de la Población señala respecto de elección del sitio;"... se trató de la concurrencia de utilidades que requie– ren lasLeyes de Indiaspara las Poblaciones de Villas y ciudades y se hallaron todas conformes en el sitio donde está la Iglesia Parroquial quedando ésta por una frente de las de la Plaza y tomando dicho Sr. Presidente el estandarte de la Compaf'lía de esta Doctrina lo fijó en señal de Posesión, tomándola y comunicándola a los Pobladores de dicha Villa en nombre del Rey Nuestro Sr. y le puso por Título y nombre Santa Cruz de Triana con lo que con mucho aplauso de los circunstantes y de los vecinos del dicho Partido fue acep tada y recibida ...". Junto con la referida Parroquia existía, además, la Casa de Justicia y Administración, desde la cual ejercíain su autoridad los Corregidores del Partido y un caserío de espaí'loles a la vera de dos caminos principales que se cruzaban en aquel lugar. La existencia de dicha ocupación territorial y su trascendencia en el trazado de la villa, especificamente en el área cen– tral, sería, por lo tanto, lo que podría justificar la especial disposición de la plaza mayor. El reparto de solares, según un informe de 1755 redactado por don José Perfecto de Salas. aparte de los destinados a funciones públicas agru– pados principalmente en torno a la plaza, había beneficiado hasta esa fecha a un total de 11O po– bladores, de los cuales 22 anteponen a su nombre el calificativo de "don" o "doí'la", que da cuenta de su distinción social. Además, se contabiliza la asigna– ción de un solar a los Reverendos Padres Jesuitas. ocho al Convento de San Francisco y cuatro al Convento de Nuestra Seriora de la Merced. Por su parte, el abastec imiento y repartimiento de aguas de la nueva villa es solucionado a través del consabido sistema de acequias que se alimenta de una "ace– quia mayor", la que, a su vez, se desprendía de la antigua toma de agua del río Cachapoal utilizada por el pueblo de indios del lugar. Las calles en sentido oriente-poniente, al igual que en los otros casos estudiados, adquieren la condición de principales o "derechas", mientras que las norte-sur son conside– radas secundarias o "atravesadas", salvo la central que pasa por la plaza y que adquiere igualmente. por este hecho, lacategoríade principal, siendoconocida como la "Calle del Rey". El número de solares asignados a doce años de la fundación de la población - menos de la mi– tad - , refleja un lento progreso. entrabado no sólo por la habitual reticenciade los hacendados de abandonar sus dominios, sinoque porcausas de índole práctica, como era la insuficiencia de madera apropiada para construir los edificios de la villa, lacual pudofinalmente obtenerse en su mayorparte , no sin alguna dificultad, de la hacienda de La Compal'lía perteneciente a la Orden de los Jesuitas. De esta manera los adelantos edilicios avanzaban lentamentedurante loque queda del siglo XVIII. Descontando la iglesia parroquial existente desde antes de la fundación de la villa, la primera orden religiosa en instalar su Convento es la de la Merced, en 1758. Posteriormente, en 1786, en las Hornillas (actual Alameda) edifican su Casa los Jesuitas. Finalmente. en 1781, se construye el Convento de Nuestra Set'lora del Carmen , pertene– ciente a la orden de los Franciscanos. Por su parte, el aspecto de la plaza mayor al finalizar el siglo, según un croquis de 1798, igualmente presentaba un lento adelanto. En el lado sur se ubicaba la iglesia parroquial, mientras que en el costado poniente se hallaba la Casa del Cabildo. Creado en 1786 ocupó lo que fuera la antigua Casa de Justicia de los Corregidores del Partido. El restode las construccio– nes de este espacio principal de la ciudad correspon– de a casas de un piso de diferentes familias favore– cidas con tan importante ubicación debido a su alta esfera, según lo establecido. Al iniciarse el siglo XIX, en 1801 , se autorizó la instalación de una Recova en el espacio de la plaza •... atendiendo a la extrema necesidadque la población tiene desta obrapues los vendedores se allan acogidos a la sombra de los tejados de la plaza en una gran incomodidad ..." (2), con lo cual ésta adquirió mayor animación, propa– gando su actividad comercial a lo largo de laCalle del Rey, donde se establecieron diferentes tendales. Sin embargo, este lento y difícil adelanto de la población no perdurará por mucho tiempo. La resis– tencia de las fuerzas patriotas comandadas por O'Higgins en octubre de 1814, y la posterior ocupa– ción hispana, significaron para la villa, la ruina de parte importante de sus construcciones, así como su abandono por parte de la casi totalidad de sus vecinos. Con la instauración definitiva de la Repúbli– ca la villadebió iniciarnuevamente su desarrollo bajo el lema "Aancagua renace de sus cenizas porque su patriotismo la inmortalizó". Así reza el escudo de armas que acompat'la el título de "Ciudad de Aancagua" que le otorgó Bernardo O'Higgins el 27 155
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