Casas de Playa Ancha : la vivienda de fines del siglo XIX en Valparaíso

1. EL DESARROLLO URBANO DE PLAYA ANCHA 1. BREVES REFERENCIAS GEOGRAFICAS E HISTORICAS El proceso urbano de Valparaíso se inicia en el siglo XVI en la zona del puerto y sus aledaños; continúa con una expansión en dirección oriente que cubre todo el llano del Almendral y, una vez ocupada la superficie plana, comienza a generar un movimiento radial que envuelve todos los cerros que constituyen el anfiteatro natural de la bahía. En el siglo XIX, el crecimiento de la planta urbana culmina con la incorporación de los cerros ubicados en los extremos oriente y poniente, el Barón y Playa Ancha, respectivamente. En los planos de mayor ;intigüedad, Playa Ancha aparece con la deno– minación de Punta de Angeles, pero también suele llamarse en forma signifi– cativa Punta de Valparaíso; junto con llegar a constituir un límite físico para la población, la historia geográfica registra así mismo que desde épocas pasadas este hito señala a las embarcaciones la entrada al puerto, debido a su posición cercana a la Punta de Curaumilla, referencia que en las cartas de navegación permite el reconocimiento de la bahía. Playa Ancha es uno de los cerros más planos de Valparaíso. Se asimila a la forma de una penínsu la, con un llano a media altura y quebradas cuyas abruptas laderas caen hacia la poza, o bien, descienden con brusquedad hasta el mar abierto. Debido a su constitución geológica, se ha observado que la actividad sísmica la afecta con menor intensidad que a otras zonas de la ciu– dad. Comparte el clima de Valparaíso, con una temperatura media de 14,40 C. y una fluctuación de so C. entre los meses más calurosos y los de mayor frío. Las frecuentes neblinas matinales, sumadas al régimen de lluvias de invierno, colaboran al mantenimiento de sus quebradas con una forestación compuesta por variadas especies, en una característica manifestación autócto– na de la zona, que intenta conservar el equilibrio entre el medio natural y el ambiente construido. La planicie posee despejada vista hacia la ciudad o hacia el océano; en cuanto al asoleamiento, disfruta del sol del oriente en su vertien– te a la poza, así como del largo sol del ocaso marítimo, en su costado ponien– te. Si bien por su posición geográfica Playa Ancha actúa como una barrera protectora del puerto respecto a los temporales provenientes del norponiente, su planicie superior y la cima quedan expuestas a fuertes vientos, fenómeno natural que en los meses de junio y julio ha llegado en ocasiones a desarrollar una fuerza máxima de 90 km/hora. En rigor, cabe señalar que, abierta a todos los puntos cardinales, el viento la azota con regular intensidad diariamente, y que este aspecto c limático constituye una de las condicionantes insoslayables en el desarrollo histórico-cultural de Playa Ancha. A fines del siglo XI X y comi enzos del siglo XX, Playa Ancha representa una faceta particular de Valparaíso, vinculada a factores de índole económica. social y política, propios de la historia general del puerto. En la franja costera posee instalaciones portuarias y en la meseta superior, instalaciones militares. recreativas, religiosas y una significativa área habitacional; equipada con de– pendencias y servicios, a pesar de su persistente situación de confín, alcanza en esta época un nivel d e autosuficiencia. Tres siglos de desarrollo han ido componiendo la historia urbana de Playa Ancha. Desde el descubrimiento de la caleta y a través de toda la administra· ción hispana, Valparaíso asume el rol de puerto de Santiago por donde circula todo el flujo de mercancías que se transan a través de actividades de exporta– ción e importación. Playa Ancha participa con la creación en la zona p lana de una incipiente área de bodegas, que más adelante crece hasta completar tres hileras de almacenes fiscales en 1856, complementados hacia 1877 con ocho nuevos volúmenes que se emplazan en los terrenos ganados al mar tras la cons– trucción del malecón. Nacen los primeros asülleros en una concesión de playa que obtiene en 1845 el ingeniero francés Jean Duprat, seguidos por la instala– ción de la Compañía de Diques en Las Habas; en el sector también funcionan los hornos de fundición de propiedad de Josué Waddignton y, en el nudo de acceso a este complejo portuario, al pie del cerro de la Artillería, Juan Brown levanta en 1856 el edificio de administración de la Aduana. Ya en el siglo XVI se hace evidente la urgente necesidad de defender los productos estacionados en la zona portuaria, amenazados por las frecuentes incursiones de los piratas. Playa Ancha su suma a esta tarea con la creación del Castillo de San Antonio, el primero de una secuencia de fortificaciones que más adelante, en la época republicana, se van emplazando en todo el con– torno de la península y que marcan para este cerro un definido carácter mili– tar defensivo, acentuado por instalaciones tales como los almacenes de pólvo– ra construidos en 1856, el Campo de Marte y la Escuela Naval, que comienza a levantar en 1885 el arquitecto Carlos von Moltke. Los viajeros que pasan en d iferentes momentos por Valparaiso, coinci– den en señalar a Playa Ancha como el cerro en que tienen lugar normalmente actividades de esparcimiento. Cabe mencionar, a manera de ejemplo, el de– sarrollo de carreras de caballo en la Corredera, el juego de cricket en la cancha de Quebrada Verde, los baños públicos de mar en la caleta del Membrillo y el paseo de los días festivos por el camino costero; así mismo, posee impor– tantes áreas verdes que conserva de la liberación de las zonas fortificadas y parques formados en sectores cedidos con ese objeto. De este modo se origina el parque Alejo Barrios, ubicado en terrenos que integran la antigua Estan– cilla de Quebrada Verde e inaugurado en 1890, tras la donación efectuada por Domingo Santa María a la Municipalidad de Valparaíso. 9

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