Casas de Playa Ancha : la vivienda de fines del siglo XIX en Valparaíso

28 CASO 4. ERRAZURIZ NO 405 · 415. Los terrenos en que se emplaza esta vivienda integran la hijuela B adju– dicada a Manuel Waddington Urrutia en 1893; corresponden a una parte de la Población Bueras, subdividida por primera vez en esta fecha, a consecuen· cias del proceso de liquidación de los bienes que integran la herencia familiar. La hijuela B se compone de 1 O manzanas que, una vez deducidos 1.000 m2 por concepto de caminos, suman en total la superficie de 74.373 m2. Manuel Waddington Urrutia procede a la enajenación de sus terrenos de inmediato. Entre 1893 y 1894, aparece vendiendo a Emilio Carrasco varios lo– tes, uno de los cuales da origen más adelante a la propiedad de Errázuriz Nº 405 - 415, ubicada en la manzana XXV del trazado original de la pobla– ción. Es evidente que Emilio Carrasco adquiere los terrenos a manera de in– versión, ya que poco después procede igualmen te a enajenarlos. Hasta el año en que se produce la edificación de la vivienda, el libro de compraventas del Conservador de Bienes Raíces de Valparaíso, registra las transacciones siguien– tes: 1894 Compra Emilio Carrasco Fojas 710 v. NO 1112. Compra Ricardo Benzon Fojas 69 v. NO 120. 1898 Compra Santiago Pollman Fojas 475 No 473. Compra Rosario Gamboa Fojas 524 NO 1900. 1910 Compra Vicente Segundo López Fojas 538 NO 913. Vicente Segundo López es el propietario que adquiere el lote con el ob– jeto de construir su vivienda familiar*. No se dispone de los planos originales ni tampoco ha sido posible deter– minar la identidad del arquitecto. El estudio se basa, en consecuencias, en la medición instrumental para la formación de planos de arquitectura, en la ob– servación directa de la obra y en la reconstitución de las especificaciones téc– nicas. La vivienda que levanta Vicente Segundo López es un índice del nivel socio-económico del propietario, que se manifiesta tanto en el completo pro– grama arquitectónico como en la envergadura y calidad de la construcción. Se encuentra ubicada en un recodo de la avenida Gran Bretaña, en la confluencia de la calle Federico Errázuriz y de la Gran Avenida Waddington, forma en que aparece designada esta importante vía, a partir de la cual se ordenan correlativamente las calles al oriente y al poniente de la población. • En este caso, la búsqueda de antecedentes sobre dicha construcción, no fructificó; una de las indagaciones fundamentales, realizada en los archivos de la Dirección de Obras de la Municipalidad de Valparaíso. no prosperó debido al extravío de 6 libros del archivo, entre los años 1908 y 1918, en que se supone pueden haberse registrado los permisos municipales correspondientes. La compleja perspectiva urbana que se crea en este nudo, se enriquece ade– más con la variada vista al mar que genera la fuerte gradiente del sector, aumentando las valiosas características de emplazamiento que posee la vivien– da. En un terreno de 400 m2 el proyectista implanta un imponente volu– men de tres pisos y una buhardilla, conjunto cuya superficie edificada ascien– de a 759 m2. La cantidad de dependencias lleva a suponer que la familia pro– pietaria inicial es numerosa y desarrolla una activa vida social y. tal vez. pro– fesional. En la planimetría original, hoy modificada, figura una escalera prin– cipal conectando todos los niveles; en cuanto a las otras escaleras, todo pare– ce indicar que desde un comienzo el piso zócalo tiene un acceso separado desde la calle Errázuriz, solución que posteriormente permite independizar a la vez el segundo piso. Las plantas poseen nueve recintos por nivel, que se relacionan funcionalmente entre ellos y también a través de un desmesurado espacio central al que abren casi todas las dependencias, caracterizadas así mismo por sus grandes dimensiones. En cambio, las facilidades de servicio, sobre todo el número de baños, aparecen mermadas en proporción al progra– ma total que se desarrolla en la casa. La composición volumétrica logra una expresiva respuesta a las condi– cionantes del terreno, con su situación de esquina acentuada por una airosa to– rre de ángulo. Ubicada al borde de la zona plana y en la intersección de ca– lles que descienden en forma abrupta la pendiente, su emplazamiento aislado la convierte en un verdadero mirador urbano, tanto con respecto al animado complejo vial del cerro que domina con las elevaciones sur y poniente, como hacia la bahía, visible en lontananza desde los contrafrentes norte y oriente. El sobrio tratamiento de las elevaciones se resuelve mediante el reves– timiento de un tinglado horizontal de madera y con una equilibrada disposi– ción de los vanos, cuya marcada dominante vertical, unida ai juego de las te– chumbres y, sobre todo, al esbelto torreón que articula la esquina, comunica al conjunto una perceptible tensión ascendente, que sólo contrarresta la masa que oponen los volúmenes. En las terminaciones interiores, también existe un predominio de lama– dera, que presenta un tratamiento de mayor laboriosidad que en los paramen– tos exteriores. Junto a los entablados de piso y de cielo, enmarcados por guar– dapolvos y cornisas, se observan zócalos perimetrales trabajados con casetones y escaleras con barandas labradas. Las puertas son del tipo atablerado, desta– cándose por su fina factura la puerta de la calle y la mampara, cuyos vidrios biselados ostentan un decorativo motivo floral. Si bien su condición actual difiere bastante de los primeros tiempos. la vivienda conserva su prestancia volumétrica y todavía es posible imaginar la categoría de los logros alcanzados en la espacialidad interior, debidamente realzada en sus años iniciales con el alhajamiento propio de la época.

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