Casas de Playa Ancha : la vivienda de fines del siglo XIX en Valparaíso

24 CASO 2. AVENIDA GRAN BRETAÑA NO 766. El arqui tecto Esteban Harrington es el proyectista de esta vivienda, que construye en fecha posterior a la comercialización total del pasaje que lleva su nombre; ubicada en las inmediaciones y en la misma avenida, esta vez se trata de una obra realizada por encargo de una familia determinada. En lo que respecta al terreno, forma parte de la hijuela que se adjudica en 1893 a Elena Souter v. de Waddington, hijuela que incluye la manzana XXVI del trazado original de la Población Bueras. La primera venta de esta manzana, subdividida en dos lotes, se produce el 13 de septiembre de 1894, siendo la propietaria representada en esta ocasión por su hijo Ricardo Waddington. El comprador, Julio Moreno, mantiene el predio como una in· versió n hasta el año 1900; luego, en el proceso de enajenación que sigue, el 26 de abril de 1902 vende a Arturo Fernández Vial una parte de los terrenos, que abarca una superficie aproximada de 5.000 m2. Dos años después del terremoto de 1906, Arturo Fernández Vial tras– pasa al Banco de Créd ito el predio, que ha sido subdividido en alguna de las transacciones anteriores. En una rápida operación, en julio de 1909, el Banco de Créd ito vende a Carlos Samamé tres lotes de la propiedad. Carlos Samamé es de nacionalidad peruana y, debido a un incidente diplomático, debe ex – t rañarse fo rzosamente del país; en esa circunstancia, vende dos de los lotes de esta propiedad a Santiago Sologuren, transacción que se lleva a efecto en 1912 y se protocoliza en marzo de 1913 en el Conservador de Bienes Raíces d e Valpara íso. La famili a de Santiago Sologuren, d e origen igualmente peruano, en· comi enda la construcción de la vivienda al arquitecto Esteban Harrington; los planos primitivos conservan el timbre del profesional y registran la fecha 27 de agosto de 1912, así como la constancia de la aprobación municipal obteni– da el 7 de octubre del mismo año. En un terreno angosto que obliga a adosarse a la construcción contigua, la solución planimétrica se encuentra forzada a adoptar una organización li– neal, servida por un eje recto de circulación que la atraviesa centralmente en el sentido longitudinal, en los tres niveles. A fin de aminorar los problemas de ventilación e iluminación natural, se especifica un patio de luz adyacente al vestíbulo de distribución, que posee doble altura. Las dependencias de la fami – lia Sologuren se desarrollan en los dos pisos superiores; en el zócalo, el pro· yecto in icial contempla una vivienda independiente que, debido a la gradien– te. es perceptible sólo en el interior del predio. El programa de la vivienda principal considera una relativa privacidad para las actividades de los dueños de casa, incluyendo en el primer piso recin· tos de recibo y de trabajo separados, constituidos 'por el escritorio y el costu· rero; luego se observan los recibos más formales, salón y comedor, que se complementan con una amplia zona de servicios. En el segundo piso se han dispuesto cuatro dormitorios y un baño. Puede considerarse que la zonifica– ción permite una funcionalidad en concordancia con los usos y costumbres de la época; en cambio, el factor orientación ha sido claramente desestima– do, ya que los recintos principales abren hacia el sur y ninguna habitación se beneficia del sol del norte. Sin duda, a pesar de la estrechez del terreno, pre· domina la intención de acentuar la presencia de la vivienda en la calle, en este caso en la avenida Gran Bretaña, la vía más importante de la población. La estructura se resuelve mediante un entramado de madera, compues· to por pilares y envigados de pino oregón, con relleno de la tabiquería en adobillo. En las terminaciones se capta la preocupación por seleccionar mate· riales de calidad, complementada con la aplicación de una mano de obra cali· ficada. Todo el revestimiento exterior es un tinglado de raulí, y el mismo ma· terial se ha especificadp con acierto en algunas partidas en el interior. Es el caso del zócalo de 1,50 m. de altura, que recorre gran parte de los paramentos creando recuadros y repisas talladas; del tillado de piso, compuesto por pal· metas de diferentes diseño en cada habitación; de las cornisas de los cielos, que enmarcan los decorados de yeso; de las puertas, finamente labradas en una solución de tablero y vidrios biselados, que contribuyen junto a las demás terminaciones a enriquecer todo el ámbito de la vivienda. El juego de los volúmenes y el tratamiento de las elevaciones presentan cierta semejanza con las viviendas del Pasaje Harrington, aunque en este caso hay diferencias en el nivel de las terminaciones. Con evidente intencionalidad, mediante la reiterada dis~osición de elementos apuntados, el arquitecto Esteban Harrington comunica a esta obra arquitectónica un sentido de eleva· cjón muy cercano a las manifestaciones neogóticas. La vivienda ha sufrido transformaciones desde el momento mismo de su construcción. Además del cambio de escaleras y otras modificaciones, se eli· mina la espigada torrecilla, uno de los recursos más expresivos de esta tipolo· gía. Por otra parte, se ha agregado al norte una galería vidriada que si bien mejora las condiciones de asoleamiento, contrarresta con su reverbero la sere– na espacialidad interior creada por la tenue iluminación cenital que anima la zona de circulación.

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