Casas de Playa Ancha : la vivienda de fines del siglo XIX en Valparaíso
12 En esta época, los pri ncipales ejes viales están constituidos por la avenida Altamirano, borde costero con carácter de paseo y de equ ipo portuario; la avenida Gran Bretaña, eje al borde de la cima, que relaciona el centro urbano y constituye el primer tramo del Camino de Cintura, que recorre todos los cerros de Valparaíso a la cota de 100 m.; la avenida Playa Ancha, columna vertebral de la población, que culmina en su extremo superior con el nudo vial formado por la convergencia de la avenida Gran Bretaña, d e su continua– ción en la avenida Alemania y d e la subida Artillería. Se observa que el área fortificada ha dado nacimiento a una zona de parque y esparcimiento urbano, limitada por la subida del Membrillo y la ave– nida Playa Ancha, con un carácter de recreación que ya venía perfilándose desde antes, según lo corroboran las memorias de los viajeros que pasan por Valparaíso a mediados del siglo X IX: "Playa Ancha es el paseo de moda; para llegar a este lugar salimos del centro y nos dirigimos a occidente, bordeando la bah/a por un camino ancho y plano a orillas del agua, evitando las piedras que caen a cada momento de arriba. Al/( donde las rocas son resistentes existen, por de– creto del hombre, bodegas fiscales, y las ha emparejado valiéndose de la ayuda de palancas de fierro y pólvora. Cuando no hace viento ni llueve, dos condiciones que excluyen nueve meses del año, toda la gente con tendencias ambulatorias, especialmente los nativos, vienen a este lugar'~<·) Se suma a la función de esparcimiento el paseo 21 de Mayo, cuyo mira– dor urbano refuerza el hito formado por la antigua Escuela Naval y el funicu– lar del cerro Artillería, que en 1909 viene a complementar el transporte urba– no que atiende el servicio de tranvías eléctricos ex istente desde 1903. La crea– ción del cementerio, si bien mantiene despejada la visual hacia mar abierto, constituye una barrera física para el crecimiento de la población en ese tramo costero. Pero, el desarrollo urbano genera posteriormente nuevos cauces, tales como el de Quebrada Verd e, tensionado por las avenidas de Playa Ancha y Pa– cífico. Al término del siglo XI X, el proceso de estructura urbana aparece con– solidado, tanto en el borde costero como en la parte alta, observándose una trama vertebrada por definidos ejes viales qu e relacionan las diferentes áreas funcionales. Una de las más importantes es, sin duda, el área habitacional. 3. GENESIS DEL AREA HABITACIONAL. La donación efectuada en 1627 por el capitán Domingo García Corba– lán, convierte a los padres agustinos en los primecos propietarios de Playa Ancha con títulos anotados en el registro correspondiente. La escritura origi· nal se encuentra prácticamente ilegible, pero el antecedente legal aparece mencionado, dos siglos más tarde, en un expediente registrado por el escri– bano Pedro Yávar: "... la que hubieron a virtud de la escritura de donación que hizo don Domingo Garc/a Corbalán en vein titres de octubre de mil seiscientos veintisiete ante el escribano don Santiago de Bocanegra". (" l I' ) FEDERICO WALPOLE. Visión de Valparaíso al finalizar la primera mitad del siglo X IX. En:Boletín de la Academia Chilena de la Historia. Santiago,2ºsemestre 1935. 3(6):334. (..) Escritura de compraventa de los terrenos que venden los agustinos a don Arturo Fernándes Niño. 30 de octubre de 1839. Archivo Nacional. A rchivo Judicial. Vol.128 Los terrenos cedidos comprenden la totalidad de la amp lia meseta que avanza hacia el mar orlada por una sucesión de quebradas cuyas empinadas la– deras aparecen poco aptas para un asentamiento; debido a la situación geográ– fica elevada y de confín que caracteriza sus posesiones, desde esa época los religiosos de San Agustín reciben la denominación de señores de la montaña. Seguramente estas duras condiciones ambientales determinan que los agustinos no construyan en definitiva en esta propiedad y decidan enajenarla. En 1675, se concreta la venta a Tomás de Jorquera quien, descontento de su adquisi– ción, vuelve a traspasársela en 1688, conservando tan sólo un terreno de cin– cuenta varas donde levanta su casa, primera manifestación de vivienda en el sector; la leyenda consigna que sembró unas habas, dando origen al nombre del lugar. Permanece soli taria hasta avanzado el siglo siguiente, en que se edi– fican puntualmente algunas viviendas en las quebradas de Juan Gómez, Troca– dero y El Membrillo. ESQUEMA DE LOS LIMITES HISTORICOS 1627 ORDEN DE SAN AGUSTIN 1675 TOMAS JOROUERA 1688 ORDEN DE SAN AGUSTI N 1693 COMPAÑIA DE JESUS 1839 ORDEN DE SAN AGUSTIN 1839 ANTON)O FERNANDEZ NIÑO En cuanto al llano, a partir de 1693 se suceden una serie de confusas transacciones que abarcan todo el siglo XVI 11 e involucran una nueva orden religiosa, la Compañía de Jesús. Más adelante, en 1839, se registra un docu– mento que restablece de manera fehaciente en calidad de propietarios a los padres agustinos, quienes aparecen vendiendo su posesión en la cantidad de $ 2.000. La propiedad se transfiere a Antonio Fernández Niño, que se ha preocupado previamente del fatigoso trámite de saneamiento de los títulos, y es el primer particular que la adquiere con intenciones de comercializarla. Casi de inmediato, en 1841, vende gran parte de ella a Josué Waddington, pasando a pertenecer el resto de los terrenos a Juan Aguayo, en 1869, y a Elías Riofrío, en 1870. En esta época se constituyen así mismo, con el ca– rácter de propiedad fiscal, tanto la zona de esparcimiento del parque y Campo de Marte, como el cementerio y el lazareto, ubicado desde 1860 en tan aisla– do emplazamiento para el tratamiento de enfermedades contagiosas, y que inaugura nuevas dependencias en 1881.
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