Sueño de amor : historia de una película en los albores del cine sonoro latinoamericano
13 autor fundamental del siglo XX ejerció en los posteriores cineastas, al igual que la obra artística de José Clemente Orozco y José Guadalupe Posadas 7 , a lo que se debe sumar el contexto de época dado por la mayoritaria proporción en la población de origen campesino y la irrupción de tecnologías modernas. En contra- posición, películas como “Las luces de Buenos Aires” (Adelqui Millar, 1931), “Drácula” (George Melford, 1931) o “Hollywood, ciudad de ensueños” (George Crane, 1931), producidas en Joinville y Hollywood para públicos latinos, se encasillan como tal- kies puestas a disposición de un mercado eventual, cuya vinculación cultural con Latinoamérica es sólo circunstancial. Si bien con “Santa” no nace un género cine- matográfico particular, si contribuyó a establecer un marco representacional en el cine latinoamericano, a la vez que abrió perspectivas a la producción de numerosas películas. La ascensión al poder de Lázaro Cárdenas en 1933 también resulta po- sitiva, ya que contribuye a instalar a México como el principal país productor de películas habladas en español y filmadas en el continente, alcanzando 57 estrenos en el año 1937 (Oroz, 1992, p. 106). Durante 1933 se filma otra película relevante del periodo, “La mujer del puerto” 8 , dirigida por el ruso Arcady Boytler 9 , que llegó a México luego de haber transitado desde su natal Unión Soviética pasando por Alemania, Argentina, Chile y Estados Unidos, donde intentó probar suerte en Hollywood durante la década del veinte. En México se convirtió en asistente y figurante en la película de Sergei Eisenstein, y al emprender el rodaje de “La Mujer del puerto” incorpora una serie de dispositivos propios de esta influencia, dados por la fotografía del mismo Alex Phillips, pero hibridados igualmente con el melodrama a partir de dos relatos unidos en torno a una muchacha que cae en desgracia luego de ser acusada de matar a su padre, y que debe huir de su pueblo convirtiéndose en prostituta: “Por su estructura dramática, la película se sitúa en un nivel de com- plejidad muy superior al de cualquier película sonora mexicana filmada hasta entonces. Cada una de sus dos partes equivale al acto de una tragedia y cada acto a su vez se inicia en tono alegre para concluir en tono patético. El filme boytleriano se sustenta, pues, por un lado, en la lógica de simetrías dramáticas y, por el otro, en coordenadas de causa-efecto. La primera parte comienza con la imagen de Rosario disfrutando junto con su novio de un soleado día de campo y termina con la imagen de ella misma llorando desconsola- damente en una nebulosa atmósfera que desencadena la tormenta. La segunda parte arranca con un grupo de marinos, entre los cua- les se encuentra Alberto, que bromean, cantan y se alegran por su inminente llegada a tierra firme, y concluye con la imagen del mismo Alberto llorando en un muelle vacío, verdadero “espacio sacrifical” eisensteniano, el suicidio de rosario. Como en los clásicos rusos y fran-
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