El sexto continente : filmación en la Antártica chilena 1916-1973
La película reúne a dos creadores cercanos al realismo social, lo cual queda plasmado en la que debe ser una de las más importantes películas filmadas en la Antártica chilena. Ya no se trata de exponer el paisaje, sino de cómo este se transforma en un elemento expresivo en torno a la condición humana de los sujetos que la habitan. El propio Guzmán Campos recordó su participación en la película: “Fue un trabajo conjunto de la Universidad de Chile, la FACH y la Armada en la Base Gabriel González Videla, donde la U tenía un con- tingente permanente de casi una docena de jóvenes universitarios egresados: Medicina general, Biólogo marino, Nutricionista, Meteo- rólogo, Psicólogo. Y por la FACH: Radio, Cocina, Eléctricos, Mecáni- cos, etc. Este proyecto se realizó en el periodo de cambio o relevo de mitad de diciembre, enero, febrero y la primera semana de marzo”. (Guzmán Campos, 2013) La película muestra el compañerismo de los científicos, emergiendo una idea de lo popular que vincula ciencia, cine y una mirada humanista. Los investigadores degustan una cazuela y juegan al “cacho”, construyendo una perspectiva del aislamiento y la intimidad producto de una sofisticación formal en el registro. La rutinaria abulia se entremezcla con los detalles cotidianos de la técnica puesta al servicio del conocimiento, muy propio del trabajo de una universidad del Estado. La fría y blanca Antártica es el marco en el cual la fotografía de Patricio Guzmán Campos explora sobre la potencialidad poética del paisaje que acoge a los “apar- tados” de la realidad citadina, once residentes en la base entre los que se encontra- ban el Meteorólogo Víctor Dezerega, el geomagnetista John Bannister, el sismólogo Milton Quiroga y el Doctor Mario Mancilla, quienes deben rearticular una idea de cotidiano: “No se filmaron solamente las actividades científicas. En cierta oca- sión, la aparición de témpanos obligó a las naves de la flotilla a levar anclas lo antes posible para evitar quedar atrapados en la Bahía Paraíso. Una chalupa que se dirigía al “Piloto Pardo” quedó también encerrada entre los hielos. El teniente Thompson, destacado en la base, trató de llegar a una de las naves caminando sobre los move- dizos hielos, para así tender un cable que permitiese a la chalupa ser arrastrada. Al fracasar en su empresa, debió ser trasladado por un helicóptero. Este escena fue filmada en su totalidad por los camaró- grafos, quienes esperan producir con ella un impacto en los especta- dores” ( Ecran , nº 1626, 27 de marzo de 1962, p. 19.) Filmado en 16mm blanco y negro, la película fue posteriormente montada en Santiago, incorporando un texto coescrito entre Luis Cornejo y Sergio Ampuero, este último frecuente colaborador de Cine Experimental durante el periodo. Se 57
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