Artistas en la industria: los orígenes del cine sonoro chileno

50 Ante este éxito, la prensa destaca que: “Buenos esfuerzos ha costado esta película, cuya técnica compli- cada está muy cerca de la que se usa en las producciones nor- teamericanas de igual naturaleza” ( Ecran , Nº 11, 26 de agosto de 1930, p. 45). La película “Canción de Amor” habría sido una película argumental que tam- bién intercalaba números musicales, posiblemente replicando lo propuesto por “The Jazz Singer” o “La Melodía de Broadway”: “Rafael, un estudiante de ingeniería que debe abandonar sus es- tudios para sobrevivir a la ruina de la familia. (…) Después de una serie de intrigas donde se mezclan incendios, salvamentos, peleas de box, la película termina con el feliz matrimonio de la pareja” (Jara, 1994, p. 157). EsterelativoéxitosignificóqueloshermanosPagecontinuaranrealizandonoticieros sonoros para el periódico El Mercurio , enfrentando la avanzada de películas norteamericanas que de manera predominante instalaban el sistema Western Electric de sonido óptico. El 1 de enero de 1931, los hermanos Page anuncian el estreno del noticiero Nº 220, denominado “La gran carrera automovilística Circuito “El Mercurio”, la cual es “totalmente sonora” ( El Mercurio , 1 de enero de 1931) y dan cuentade la realización en el año 1930de al menos once “Actualidades” sonorizadas por medio de discos. De este periodo, la única película que se conserva de estos cineastas es el documental “Viña del Mar, la ciudad jardín”, dirigido en 1930 por Eric Page, y del que es posible especular que pudo ser sonorizado por medio de discos, aún cuando actualmente solo se conserva una copia muda sin antecedentes de su realización 28 . El 6 de enero de 1931 se estrena “Sombras del pasado”, una película que defi- nen como un “Intenso drama de crudo realismo que evoca el recuerdo del gran incendio de la compañía” ( El Mercurio , 3 de enero de 1931, p. 16). Se habría tra- tado de una versión sonorizada de “Luz y Sombra”, película silente estrenada el 18 de Mayo de 1926, y que según el historiador Mario Godoy Quezada: “(...) tenía la particularidad que en ella intervenían destacadas fi- guras de la sociedad. Socios del Club de la Unión, acaudalados hombres de negocios, como don Federico Helfmann, el pintor Juan Francisco González y otras personalidades, se dejaron dirigir por el ingenioso caricaturista” (Godoy Quezada, 1966, p. 69)

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=