Artistas en la industria: los orígenes del cine sonoro chileno

19 El concepto “sonido”, en el lenguaje cinematográfico, ya existía cuando la tecnología no alcanzaba el desarrollo que permitiese registrar y reproducirlo de manera paralela junto a la imagen. Esto se ha constatado por medio de diversos ejemplos, como son el uso de composiciones musicales creadas de manera tal que los tiempos calzaran con el ritmo de la película, o con el acompañamiento de un músico a las proyecciones en vivo, donde surge un lenguaje particular que le permitía aplicar a las escenas románticas motivos musicales más lentos, o más rápidos en las secuencias de acción. Por sobreesto, laconstrucciónvisual deunacomunidadpormediode recursos técnicos, permite comprender a una sociedad moderna, y que en palabras de Gilles Deleuze, encuentra en la imagen visual de la época silente la enunciación de los sonidos: “la imagen visual muestra la estructura de una sociedad, su situación, sus lugares y sus funciones, las actitudes y los roles, las acciones y reacciones de los individuos; en suma, la forma y los contenidos. Y es verdad que ciñe tan estrechamente los actos de habla que pue- de hacernos ver las lamentaciones de los pobres o el grito de los sublevados” (Deleuze, 1987, p. 298). En la imagen – íconodel cine silente, se encuentra la referenciaauna sonoridadque la tecnología posteriormente develará, ampliando la función de los sentidos al oído, sugiriendo así una nueva dimensión en la configuración de la representación, tal como lo señala Jean Mitry: “(...) se distingue una especie de esbozo de una construcción audiovisual, es decir, que necesita o implica la expresión verbal o las notaciones sonoras que sin embargo faltan: La ley del hampa, La passion de Jeanne d’Arc, El Viento, Y el mundo marcha. ” (Mitry, 2002, p. 104) La imagen en movimiento, que en sí misma expresa el fenómeno del verosímil, es la huella de tiempo impresionada en el material fotográfico, coexistiendo con la imagen sonora que posteriormente se construiría por medios técnicos. En ello, el so- nido se convierte en un campo sugerente para configuración de mundos inmersivos desde las claves simbólicas de este dispositivo. Desde la realización, dos autores soviéticos se colocarían a la vanguardia en cuan- to teoría y práctica del cine sonoro, aún desde el periodo silente. Por una parte, Sergei Eisenstein refería ya en los años veinte a la “calidad fisiológica” del arte, estableciendo que el montaje secuenciado de planos, su duración y reiteración alude a conceptos musicales, donde un conjunto “intrincado de matices rítmicos y sensuales de los trozos combinados está dirigido casi exclusivamente según una

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