Artistas en la industria: los orígenes del cine sonoro chileno

17 calidad de la reproducción que llevaron a su pronto abandono. Sin embargo, lo que marca históricamente el nacimiento del cine sonoro no es la posibilidad de realizar las obras, sino que estas alcanzaran éxito comercial, como fue el caso de “The Jazz Singer”. Realizada con discos sincronizados, sigue siendo mencionada como la fun- dadora de este sistema debido a su masificación. La creación de la empresa Case–Fox Company fue fundamental para la imple- mentación del cine sonoro como se utilizó durante gran parte del siglo XX. Esta empresa realiza los primeros noticieros con sonido óptico, que tendrían un impacto masivo y comercial. Un hito de esta etapa fue el noticiero “Lindbergh in Paris”, filma- do en la madrugada del 20 de Mayo de 1927, y que mostraba el primer vuelo que cruzó el océano atravesando desde la ciudad de New York a París. La película fue rápidamente procesada para ser exhibida durante esa misma tarde, generando el estupor e impacto de un público que por primera vez veía –y escuchaba- la repro- ducción de algo ocurrido en el mismo día, surgiendo una relación de instantaneidad y realismo. El éxito de este noticiero conllevó a que por primera vez otras empresas prestaran la atención suficiente a este invento, y también apoderarse del rótulo de las “primeras películas con sonido”. Ante este panorama, la empresa Warner aceleró la implementación del sistema Vitaphone, que por medio de discos sincrónicos sumaba efectos sonoros y música a la imagen. A diferencia de su com- petencia, Warner desarrolló películas abiertamente comerciales con cortometrajes que presentaban a cantantes, bailarines, comediantes y artistas de teatro amplia- mente famosos en la época. Se trataba de registros de muy buena calidad técnica, con lo cual desplegó una ofensiva en la fabricación de proyectores que fueron distribuidos tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo. Para adelantarse a su competencia, Warner estrena en el año 1926 dos largometrajes argumentales que contaban con música y efectos sonoros sincrónicos en discos, como son “Don Juan” (Alan Crosland, 1926) y “The Better ‘ole” (Charles Reisner, 1926). La acepta- ción del público significó el estreno el día 6 de octubre de 1927 de la película “The Jazz Singer” (Alan Crosland, 1927), tercer largometraje sonoro de la empresa. De factura mucho más ambiciosa, es considerado el primer film sonoro en la historia, aún cuando utiliza la técnica de discos sincrónicos, incorporando efectos y el regis- tro de los propios actores dialogando. El rótulo de “primera película sonora” obedece al sonado éxito comercial que adquiere “The Jazz Singer”, ya que no difiere en gran medida de los films co- merciales que eran acompañados con música en discos sincrónicos, con la excepción de tratarse de una película enormemente popular, cuyo alcance se proyectó fuera de los Estados Unidos, masificando esta nueva tecnología y surgiendo numerosas nuevas películas, las cuales el investigador Harry M. Ceduld cataloga como “habladas, parcialmente habladas y sincronizadas con efectos sonoros y/o música” (Geduld, 1975, p. 274). Si bien la técnica de los discos sincró-

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