Artistas en la industria: los orígenes del cine sonoro chileno

9 Introducción Si existe un campo de producción artístico en el cual resulta indivisible la técnica y la estética, es el audiovisual. Paradojas disciplinares, las primeras películas surgidas a finales del siglo XIX no se realizan con fines artísticos, sino como dispositivo de registro para poder captar y fijar en el tiempo aquello que el ojo humano a simple vista no permite. La ciencia, particularmente la fisiología, desglosa el movimiento para develar una dimensión de la realidad que solamente existe con la mediación de la máquina, y que no tarda en devenir instrumento de entretención: zootropos y praxinoscopios se colocan al alcance de una comunidad que juega con las limita- ciones de la visión humana por medio de aparatos que recrean mundos desde la ilusión de movimiento. Las máquinas crean así fantasmas, ilusiones que entretienen a la comunidad que sale de las fábricas, y en su tiempo de ocio adopta la ilusión como forma de intercambio social. Cuando las imágenes quedan a disposición del mercado, el viejo espacio público dará paso a la sala de cine, el nickelodeon , donde por una moneda se puede vivir otra vida fuera de la revolución industrial. La sensación de instantaneidad, inmersión y realidad que el público encuentra en el primer cine, hoy puede resultar distante para las nuevas generaciones. Las antiguas películas en blanco y negro, filmadas en artificiales estudios a 18 cuadros por segundo, contrastan con la tecnología 4K, en texturas hiperrealistas y sonido 5.1, cada vez más al alcance de cualquier ciudadano de una urbe. De acuerdo a esto, hoy podemos afirmar que de todas las técnicas de reproducción de imágenes, aquellaque ha visto modificada su materialidad de manera más evidente en un periodo más breve, ha sido el cine. Pero a la vez, existe menos conciencia del valor de estos registros primigenios, lo cual se constata en la ausencia de numerosas películas que han sido quemadas, destruídas, abandonadas o que simplemente se mantienen guardadas a la espera de su redescubrimiento, aún cuando ellas no contienen la realidad de su tiempo, sino que son dicha realidad. Por otra parte, el digital ha despertado la ansiedad de coleccionistas, aficionados y profesionales por encontrar nuevos archivos, aún cuando en otras épocas ni siquiera eran considerados como tales. La vindicación por la materialidad se plantea como una contradicción del mundo contemporáneo, donde muchas de esas antiguas películas tienen como triste misión convertirse únicamente en un nuevo archivo digital, ser contemplado para luego dormir en el silencio de una nube virtual saturada de información. La acumulación irreflexiva de archivos que posteriormente nunca serán vistos, es hoy uno de los mayores problemas en esta dimensión de la historia, develando las complejidades de un tiempo nuevamente dispuesto en torno al capital.

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