Cineclubismo y educación

56 / En lo posible, impulsar la exhibición de películas locales, o que se emparenten con las problemáticas que el público vive en su cotidiano. Ello permitirá no sólo un estudio del cine como una expresión abstracta o la cons- trucción de un mundo imaginario, también instalará la reflexión de que el cine es una herramienta de expresión de las comunidades, ampliará las dimensiones de acceso al cine y permitirá repensar el patrimonio audiovisual como algo vivo e inherente a las comunidades. El cine debe ser leído ampliamente. Esto quiere decir que se debe inculcar a los públicos que el fin de una obra no es “entretener”, sino más bien transmitir ideas, discursos y estéticas, se trate del film que sea. Se sugiere incorporar en las proyecciones aquellos films independientes que no llegan a grandes públicos o aquellas pelí- culas, ya sean contemporáneas o de otras épocas, que pueden ser un canal en que fluyan de forma más precisa los conocimientos. Nunca olvidar que el cine es arte, filosofía, poesía, arquitectura, diseño, danza, repre- sentación, movimiento, historia, cuestiona- miento, documento y discurso. La síntesis que propone el cine hace que éste pueda leerse en muchas dimensiones. Pedagogía en la sesión

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