Cineclubismo y educación
34 / sitaria, Pedro Chaskel, y el secretario general de la Univer- sidad, Álvaro Bunster, con la intención de estrechar lazos internacionales entre ambas instituciones. En este mismo periodo comienza a surgir una seguidilla de nuevos cinesclubes en lo que se conoce el periodo más luminoso de esta disciplina en el país. El 20 de agosto de 1962, el pediatra Aldo Francia, un entusiasta cinéfilo, funda el Cine Club de Viña del Mar, cuyo equi- po produce uno de los largometrajes más importantes de la historia del cine chileno, Valparaíso Mi Amor (1969) y los Festivales del Nuevo Cine Latinoamericano en 1967 y 1969; también la Universidad de Concepción inaugura su propio Cine Club, mientras que al año siguiente lo hace la Universidad Austral de Chile, en Valdivia, que funciona ininterrumpidamente hasta hoy, siendo la base del Fes- tival Internacional de Cine de Valdivia. Paralelamente la Universidad de Chile, al ser nacional y tener numerosas sedes regionales, realiza exhibiciones en todo el país que permiten un mayor alcance del modelo cineclubista, esta vez incorporando sectores mineros, campesinos o indus- triales en la formación de públicos. A partir de esto, es posible entonces ubicar el cineclubismo como un vértice importante para el de- sarrollo del cine en Chile durante los ‘60 e inicios de los ‘70, el cual imprimió una política y una ética en torno al arte cinematográfico que no existía anteriormente: el cine como una práctica social. Este proceso de desarrollo del ci- Historia del cineclubismo en el mundo y en Chile
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