Cineclubismo y educación
32 / replicar el modelo, y sobretodo, el sentido de los cineclu- bes. En un contexto donde prevalecía el cine de explota- ción comercial, con una cultura cinematográfica adscrita a los patrones industriales, será en las universidades donde surgirán estas instancias. Es importante señalar que en ese entonces las universidades contaban con la autonomía que permitía apoyar áreas del conocimiento innovadoras, y que hasta ese entonces no habían sido suficientemente ex- ploradas: la valoración del patrimonio, la apreciación y la formación audiovisual. Los antecedentes directos del cine- clubismo chileno surgen en 1929, cuando la Universidad de Chile crea el Instituto de Cinematografía Educativa, el cual exhibía películas con fines didácticos en establecimientos educacionales de todo el país, teniendo la finalidad de em- plear las nuevas tecnologías en el desarrollo social. Esta unidad inicia un proceso de declive tras su escisión de la Universidad hacia finales de la década de los cuarenta, cuando es transferida a órganos gubernamentales. Posteriormente, en 1954 se funda el primer ci- neclub chileno: el Cine Club Universitario, también en la Universidad de Chile. Éste surgió como una iniciativa de un grupo de estudiantes de la casa de estudios, entre ellos Pedro Chaskel, Sergio Bravo, Daniel Urria y Enrique Ro- dríguez, quienes encontraron asidero en la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH) para pro- yectar películas en celuloide en el Salón de Honor de la Casa Central de la Universidad de Chile, instancia acom- pañada de cineforos que permitieron la divulgación de au- Historia del cineclubismo en el mundo y en Chile
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