Cineclubismo y educación

14 / ferente a través de las manifestaciones de la cultura en general y del arte en particular. Los países se esfuerzan por producir diversos tipos de manifestaciones propias. En muchos lugares del mundo existen emergentes cines nacionales que llevan la impronta de sus pueblos. A los ya conocidos ejemplos del cine japonés y luego del cine ira- ní hace unos años, se han sucedido el cine vietnamita y el cine de diversos países africanos, como el reciente cine turco, por nombrar a algunos. Europa renueva sus esfuer- zos por promover el cine de sus países. En Latinoamérica vivimos momentos de auge importante de la producción. Vivimos en el siglo de la imagen, como se ha di- cho hasta fetichizar el término. Pero los procesos de con- centración de los medios de comunicación y de las salas comerciales no han favorecido la libre circulación de las obras artísticas. El mercado sigue marcando un alto porcen- taje de películas norteamericanas en la cartelera de nues- tros países, el cine europeo ha debido conformarse con una presencia menor en las salas y ocasionalmente vemos una película argentina, brasileña o mexicana. Este parece un he- cho difícil de revertir. Lo que años atrás parecía un discurso ideológico contra el imperialismo, hoy es una razón cultural y también económica que debe importar a todos los ciuda- danos. Esta situación de las salas de cine se repite conmolde en la televisión por cable, satelital e internet. En esta tarea por la diversidad audiovisual les cabe a muchos un rol importante. Disponer de salas para

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