Seminario Internacional : Profesión docente y educación continua en América Latina : aprendizajes y desafíos
30 SEMINARIO INTERNACIONAL PROFESIÓN DOCENTE Y EDUCACIÓN CONTINUA EN AMÉRICA LATINA: APRENDIZAJES Y DESAFÍOS temática es que el tercer panel del seminario abordará la comprensión y la experiencia de las prácticas innovadoras en educación continua, y el rol de la investigación en este ámbito. Uno de los pilares de las reformas educativas ha sido justamente la creación del Sistema de Desarrollo Profesional Docente que comprende el “aprendizaje a lo largo de la vida” como un desarrollo profesional permanente, reconociendo, por tanto, la educación continua como elemento constitutivo de la profesión docente y como un derecho de los trabajadores y las tra- bajadoras de la educación que debe ser garantizado por el Estado a través del financiamiento de programas formativos de calidad. Este Seminario brindará la oportunidad para reflexionar sobre el diseño y la implementación del Sistema de Desarrollo Profesional Docente durante sus primeros años de vida y sobre los principios que hoy fundamentan el modelo formativo que se ha propiciado a partir de las definiciones sobre la profesión docente establecidas en la ley. Este marco ha generado una nueva conceptualización sobre el rol y el estatus del docente. En este sentido, se progresa, al menos en intención, desde la comprensión del/la docente como objeto, como técnico/a reproductor/a del currículum, al/la docente como sujeto y como pro- fesional autónomo/a, reflexivo/a y productor/a de conocimiento pedagógico. Avanzamos tam - bién desde la concepción de la formación continua individual, episódica y descontextualizada hacia el aprendizaje colectivo, situado e inserto en un contexto educativo-laboral concreto. Pero los procesos de formación docente no solo deben considerar estas características y po- tencialidades de los y las docentes, sino también tener en cuenta que su ejercicio profesional hoy interactúa con nuevas dinámicas sociales y se realiza ante y para un nuevo tipo de estu- diante, con nuevas maneras de acceder a la información y de relacionarse con la tecnología, socialmente mucho más diverso, con múltiples identidades sexuales y de género, con distintas tradiciones culturales y experiencias migratorias, y con contextos familiares no tradicionales. Todas estas expresiones de diversidad ingresan al espacio escolar generando nuevas apertu- ras e interpretaciones del mundo, de las relaciones, de la convivencia, de la propia educación, a la vez que nuevas tensiones en el ejercicio de la docencia. Estas tensiones las sintetizaba un profesor en uno de nuestros procesos formativos hace un tiempo atrás, señalado: “Somos docentes que nacimos en el siglo XX, fuimos formados con los modelos educativos del siglo XIX y debemos educar a los jóvenes del siglo XXI”. Probablemen- te este es uno de los mayores desafíos de la profesión docente hoy: la generación de diálogos pedagógicos construidos en el reconocimiento del otro como un ser único y diverso. En este sentido, no solo la formación de los y las docentes debe ser situada, sino también la formación en el aula que reciben los y las estudiantes debe ser situada y contextualizada de acuerdo a las características de esta nueva generación de estudiantes. En este contexto, y considerando los cuatro aprendizajes fundamentales para la vida del sigo XXI planteados por el Informe Delors y UNESCO hace más de tres décadas, en la actualidad observamos que otro de los desafíos de los procesos formativos docentes es prestarles apoyo en la generación de capacidades no solo para el desarrollo del conocer y el hacer , dimensiones vinculadas al ámbito cognitivo y los resultados de aprendizaje, sino también, y sobre todo, para el fortalecimiento de las dimensiones del aprender a ser y aprender a convivir , que son las que potencian la capacidad de expresar y comprender las subjetividades, la afectividad, la capaci- dad de empatizar, de compartir y de relacionarse con la diversidad.
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