Seminario Internacional : Profesión docente y educación continua en América Latina : aprendizajes y desafíos
125 SEMINARIO INTERNACIONAL PROFESIÓN DOCENTE Y EDUCACIÓN CONTINUA EN AMÉRICA LATINA: APRENDIZAJES Y DESAFÍOS Lo que esperamos de la formación docente Queremos que la formación que estamos desarrollando en la red pública de Renca dé res- puesta a todos los aspectos mencionados anteriormente. Esperamos, además, que la forma- ción docente sea un articulador con la política educativa lo que se puede graficar en el siguien - te ejemplo: la formación en “Diversificación de la enseñanza y trabajo colaborativo” que están recibiendo nuestros/as docentes y profesionales del Programa de Integración Escolar (PIE) tiene relación con el eje comunal Renca Orgullosa que para nosotros/as implica inclusión; tiene relación con la política educativa a través de la evaluación docente, en tanto el trabajo colabo- rativo es un nuevo indicador; y con el Decreto N°83 de 2015. De igual forma, tiene relación con la diversidad que encontramos cada vez más en nuestras aulas. Otro ejemplo es la formación en “Evaluación para el Aprendizaje (EPA)” con la que iniciamos el plan de formación docente a fi - nes del 2017. Empezamos con EPA porque tenemos la convicción de que la evaluación cambia paradigmas, define la forma en que el/la docente enseña y cómo aprenden los estudiantes y, por tanto, el cambio que esperamos ocurra va de la mano de la actualización de los reglamen- tos de evaluación a los que hoy les podemos dar un marco teórico en el cual se sustenten. Al mismo tiempo, nos encontramos alineados con el Decreto N°67 de 2018 y nuestros/as docen- tes están preparados/as para aplicar evaluación formativa. Asimismo, consideramos que la formación docente debe ser un elemento articulador de los distintos niveles dando coherencia a la trayectoria educativa de nuestros/as estudiantes, al mismo tiempo que articula los diferentes recursos y apoyos que se requieren para mejorar los aprendizajes. Y porque creemos en las capacidades profesionales de nuestros/as docen- tes, queremos una formación que permita generar nuevas ideas y mejores prácticas a través del diálogo pedagógico y la reflexión crítica de las propias prácticas. Vemos que esto sucede cuando un/a docente en una sesión de formación nos señala: “entonces, si tengo que evaluar de esta manera, tengo que hacer distintas mis clases”. Ese tipo de reflexión es la que queremos se siga produciendo al interior de escuelas y liceos. Acorde a lo anterior, queremos una formación que se mantenga en el tiempo, que nos trascien- da como gobierno local, que se sustente en la forma en que el/la docente desarrolla su prác- tica pedagógica y la mejora. Deseamos que la formación de nuestros/as docentes les permita tomar decisiones sobre el proceso de enseñanza y aprendizaje considerando la realidad de los/as estudiantes, sus necesidades e intereses y el Proyecto Educativo Institucional del cen- tro educativo, por tanto, que les permita preparar sus planificaciones de acuerdo al contexto curso, definir las estrategias más adecuadas y en qué momento las utilizarán, ser facilitadores/ as del aprendizaje y retroalimentar adecuadamente a sus estudiantes. Y creemos que estamos avanzado cuando los/as docentes manifiestan reflexiones como estas: “ya no podemos seguir haciendo las clases como lo hacíamos antes”; “estamos muy agradecidos de la formación que estamos recibiendo porque nos ha abierto nuevas perspectivas, una mirada distinta”; “yo antes cuando un estudiante no aprendía, le echaba la culpa al estudiante que era flojo o a la fami - lia que no se preocupaba y hoy día me pregunto qué no he hecho o qué me falta por hacer para que ese estudiante aprenda”. Pero estos cambios son sustentables si todos los actores incumbentes nos comprometemos con ellos: centros formadores, comunidades educativas y nosotros los sostenedores.
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