La intuición en la actuación

97 de prácticas —corporales y mentales— enriquecen nuestras habilida- des reforzando la adaptabilidad psicomotriz en diversos contextos. Cuando el sujeto es capaz de percibir una mayor cantidad de estímu- los, considera variables cada vez más específicas, deshaciéndose de automatismos y rigideces, y, por lo tanto, es más consecuente con su medio, y es capaz de generar respuestas más orgánicas acorde a cada situación. Cuando creemos tener la certeza y la confianza en las acciones que nos disponemos a ejecutar, el cuerpo se libra de las resistencias físicas que nos producen inseguridad. Para el laboratorio que proponemos, la intuición puede llegar a entrenarse a través del arrojo en la toma de decisiones de un artista-creador. Hogart (2001) asevera que “es verdad que amenudo hacemos juicios rápidos sobremuchas cuestiones, pero algunas personas dicen que experimentan la intuición como un lento darse cuenta de un estado, una impresión que se elabora con el tiempo mediante una sucesión de intuiciones menores”. Aprender a equivocarse es fundamental para el desarrollo de la in- tuición. Por lo tanto creemos que es algo que debe ser entrenado, pues nutre nuestro banco de experiencias, que es aquello que alimenta la creatividad. El escenario es un espacio de experimentación, donde las malas decisiones también constituyen una nueva oportunidad para desplegar nuestra intuición creativa. BIBLIOGRAFÍA HOGART, R.M. (2001) Educar la Intuición. España. Editorial Paidós. LE BOULCH, J. (1992). Hacia una ciencia del movimiento humano: Introducción a la psicokinética. Barcelona: Editorial Paidós MATURANA, H. (2006). Desde la biología a la psicología . Santiago. Editorial Universitaria.

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