La intuición en la actuación
58 que repite mecánicamente lo que alguna vez se ensayó. Un actor que repite exactamente lo que hizo la función pasada, es un tramposo : ese que no quiere someterse al vértigo y a la incertidumbre que ofrece el juego y busca terminar la partida sin apostar nada. Y he aquí otro punto fundamental: para que el juego cumpla su fun- ción esencial de entretener, debe tener riesgo, incertidumbre, tensión: Entre las calificaciones que suelen aplicarse al juego menciona- mos la tensión. Este elemento desempeña un papel especialmen- te importante. Tensión quiere decir: incertidumbre, azar. […] En esta tensión se ponen a prueba a las facultades del jugador: su fuerza corporal, su resistencia, su inventiva, su arrojo, su aguante y también sus fuerzas espirituales, porque, en medio de su ardor para ganar el juego, tiene que mantenerse dentro de las reglas, de los límites de lo permitido en él. (Huizinga, 2007, pp. 24-25) Y para que el espectador no se aburra, es esencial que no se aburra el actor. Por lo tanto, el juego —a pesar de sus reglas— debe poner al actor en tensión siempre; sometiéndolo cada vez a la incertidumbre, por muy pequeña que ésta sea. Pero ¿cómo podemos llegar a este es- tado de constante incertidumbre en una rutina que es repetida cada vez? A través del estado intuitivo ¿Y cómo podemos acceder a este es- tado intuitivo ? Entrenando la intuición. Y la intuición actoral en cada obra puede entrenarse sólo una vez que se tienen estructuras base, las partituras —que serán nuestras reglas— que repetiremos una y otra vez hasta incorporarlas y, de este modo, hacer que dejen de ser ajenas al jugador: Al comienzo lo “nuevo” no hace más que molestar, pues absor- be toda nuestra atención, apartándola de otros asuntos más im- portantes […] Esto no desaparecerá hasta que el propio actor no transforme lo que le resulta ajeno en algo propio, personal. (Stanislavski, 2009, p.351)
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