La intuición en la actuación

56 juego, puede ser definido, entonces, como ‘la regla fundamental’. El objetivo de un actor/actriz en escena, entonces, es la ‘regla fundamen- tal’ de su rol y, por lo tanto, el trampolín sobre el que necesita apoyarse para llegar a lo que llamaremos estado intuitivo . El estado intuitivo se refiere a aquel momento en el que dejamos de pensar en la técnica, o en las reglas; el espacio donde el actor/jugador puede desenvolverse plenamente y alimentarse de su intuición para mantenerse en la ilusión del juego. Cuando el objetivo (pasar la valla de un lado a otro, por ejemplo) y la regla (cruzarla con ambos pies separándolos de la tierra) son claros y están debidamente interna- lizados, cualquier persona puede ejecutar dicha acción sin mayores problemas. Al hacerlo, su intuición se activará y lo llevará a cabo sin necesariamente saber técnica, mecánica, ni biológicamente lo que está ejecutando, o cómo lo está haciendo. Con esto no quiero decir que un actor deba prescindir de la técnica. Por el contrario, como la actuación es mucho más compleja que saltar una valla, las reglas básicas que necesita un actor deben ser aún más precisas, más estu- diadas, más concretas y elaboradas, para poder acceder a los meca- nismos de la intuición. Es necesario aclarar que cuando hablamos de intuición dentro de un proceso escénico-teatral, no nos estamos refiriendo a una improvi- sación constante, ni nada parecido. Pese a que el teatro que se realiza a partir de improvisaciones requiere de mucha intuición para ser eje- cutado, el trabajo que hemos realizado como Grupo de Investigación Escénica, indaga sobre la utilización de la intuición en el teatro de texto: cómo utilizar la intuición como una herramienta que permi- ta al actor/actriz mantener la organicidad en un teatro que implique repetición. Para que el estado intuitivo se mantenga, debe existir una partitura 7 Ver ensayo de Cristián Hormazábal en esta misma publicación (p. 109)

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=