La intuición en la actuación
52 El estado creador, el subconsciente, la intuición, son cosas que no están automáticamente a nuestra disposición. Por eso hay que pensar en la adquisición de sólidos conocimientos. Si logran asimilarlos de tal forma que se conviertan en su segunda natura- leza, estarán ustedes inmunizados contra los errores de tiempos pasados. (p.354) El problema radica en que esa intuición no puede ser controlada de manera consciente, ni mecánica. Pero lo que sí es posible hacer, es activar un estado intuitivo 6 que nos permitirá acceder a los mecanis- mos de la intuición. Para invocar este estado, los elementos técnicos (relacionados a la técnica actoral) deben estar funcionando de manera certera y concreta en el juego teatral. Es decir, se debe tener muy claro qué es lo que se realiza escénicamente y cuáles son las reglas propias de la puesta en escena, para así poner toda la atención en jugar el juego, sin preocuparse ya por las reglas. Debemos tener muy claro que un jugador no juega por el simple hecho de seguir las reglas, pero que sin éstas le sería imposible jugar: el jugador tiene tal condición porque está inmerso en el juego, se entrega a él y lo disfruta. Este estado de entrega es el único estado propicio para que el jugador accione desde el mecanismo de la intuición. Cada juego crea una realidad ilusoria en la que todos los partici- pantes deben creer, generando una convención entre ellos. Si los ju- gadores no creen en la realidad ilusoria que propone el juego, éste pierde completamente su sentido. Es importante mencionar que, en el transcurso del juego, cada jugador tiene plena consciencia de que está jugando dentro de una ilusión, sin embargo, la vive como si fuera una realidad dentro de los parámetros propuestos por la dinámica lúdica. En este sentido, Lotman (2000) explica claramente que: 6 Ver ensayo de Carlos Donoso en esta misma publicación (p. 119)
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