La intuición en la actuación
41 nombres: los factores físicos y los factores sensibles. Uno más ligado al trabajo externo y el otro al trabajo interno que realiza el actor/actriz a la hora de crear o de interpretar a un personaje. Pero ahondaré sobre esto más adelante. Volviendo a lo planteado anteriormente —las condiciones favora- bles para que la inspiración llegue— Stanislavski (1999) desarrolla el concepto “estado de ánimo creador” (p.18), y lo define como una con- dición distinta de la mente y el cuerpo para cuando el actor se halle en el escenario. A partir de su estudio práctico definió en cuatro puntos los elementos y la naturaleza de este concepto: 1.- Cuerpo libre, consciente, activo y relajado. El ánimo creador aparecía cuando el intérprete “estaba ocupado con lo que estaba su- cediendo en la escena y no entre el público, y que era precisamente esa atención suya, concentrada en un punto, lo que me obligaba a mí a interesarme por la vida que estaba pasando en el escenario.” (p. 20) 2.- La concentración más completa posible de la naturaleza espi- ritual y física del actor en su totalidad. “La conclusión a la que llegó Stanislavski fue que toda la naturaleza espiritual y física del actor debe concentrarse en lo que está ocurriendo en el alma de la persona a la que está representado en el escenario.” (p. 21) 3.- Hora de llegada y disposición al trabajo, referida al tiempo para la preparación del trazo interno del rol. 4.- El “si mágico”, la verdad potencial. La labor del actor empezaba desde el momento en que estos conceptos aparecían en su alma y en su imaginación. “El actor debe creer en todo lo que se está desarro- llando en el escenario y sobretodo debe creer en sí mismo” (p.23). Para esto el actor debía poseer: una imaginación eminentemente desarro- llada, una ingenuidad y confianza infantil, y una sensibilidad artística hacia la verdad y la verosimilitud en cuerpo y alma.
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