La intuición en la actuación
36 libremente durante la creación de la obra en los ensayos y en cada re- presentación. Estos tres planos, nos brindan la posibilidad de generar tareas heterogéneas que se enmarcan bajo un mismo juego. Así, cada representación puede tener un foco colectivo distinto y a su vez los actores pueden darse a la tarea de trabajar cada día en algo particular que deseen descubrir —y de esta manera agudizar su atención al estar en escena—, generando un diálogo íntimo con su personaje y un diá- logo lúdico con el resto de sus compañeros y su contexto. Definitivamente todo este proceso nos ha servido para crear una idea común para actuar y montar la obra Cortesía , así como también para identificar qué tareas son las más adecuadas para montar las escenas y dónde poner el acento en cada momento. Es importante señalar que todo este trabajo y estas preguntas que nacen con relación a la intuición en el proceso de montaje de una obra, permiten ir cons- truyendo una ruta, pero en ningún caso funcionan como una receta. Al concluir nuestro proceso y hacer el esfuerzo de reconocer cuales son los insumos más relevantes, me gustaría exponer algunas ideas que aprendí de este proceso de investigación: La capacidad de estar en tranquilidad; el uso de la respiración como puente entre mi imagina- ción y la vivencia material; el dejarse perder en el proceso de ensayo y en el escenario, arrojándose hacia el vértigo que produce errar; creer con brutal honestidad en lo que estoy viviendo; y por último, la pro- funda y constante atención de todos los estímulos que existen dentro y fuera de mí para hacer de ellos un material de creación escénica. Hoy para mi, trabajar sobre estos conceptos es trabajar sobre la intuición, y trabajar sobre la intuición es trabajar la libertad creativa del actor en escena. La capacidad de abrir la percepción para crear un espíritu y habitar vivamente la escena.
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