La intuición en la actuación

130 me di cuenta que yo era el único que estaba afuera del edificio. Esa misma noche celebramos y, entre copas e historias alguien comentó “—Oye, ¿y tú? ¿Cómo se puede tener esa intuición para predecir el cli- ma? —Yome pregunto lomismo”, le respondí, mientras me preguntaba a mí mismo qué fue lo que me hizo tomar la chaqueta ¿será posible aprender a manejarlo? Para internarnos en el trabajo en torno a la inteligencia inconscien- te, ami parecer, debemos profundizar en el desarrollo de alguna de es- tas dos capacidades: intuición e instinto. Este último es definido como: Una cadena de reflejos incondicionados. El instinto se manifiesta en mayor grado en los animales relativamente poco organizados (insectos, peces, aves). A medida de la evolución adquiere una importancia cada vez mayor la actividad refleja compleja, que se apoya en la experiencia individual. Los instintos son inheren- tes también al hombre. Sin embargo, no desempeñan un papel decisivo, pues la actividad específicamente humana surge y se desarrolla como resultado de los procesos socio-históricos y es estimulada principalmente no por los motivos biológicos, sino por los sociales. (Ivan T, 1984) En consecuencia, el instinto se plantea como un comportamiento de origen biológico, que se propaga a través de una secuencia here- ditaria —no social— debido a que corresponde también a conductas delimitadas por especie (los instintos de los perros difieren del de los gatos). En cierta medida, se especifica que el instinto es predominante en animales de inteligencia menos compleja —como las aves y los in- sectos— sin embargo, tampoco se excluyen de él seres más complejos como los humanos. La diferencia está en que nosotros como especie nos comportamos mayoritariamente en razón de parámetros socia- les, es decir, un japonés se comporta distinto de un chileno. Son de la misma especie, pero pertenecen a distintos procesos socio-históricos. Siendo de esta manera, no podríamos hablar del instinto como un

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