La intuición en la actuación

123 que yo —como muchos otros niños— jugaba en mi infancia: Tomando las piezas de un juego de dominó, las ponía equidistantemente una detrás de otra en posición vertical, encima de una superficie donde pudiesen mantenerse en pie. Luego de poner todas las piezas, con el dedo le daba un toque o un primer impulso a alguna de las fichas de los extremos. Entonces podía ver como una a una se iban empujando, para finalmente verlas a todas caer. Es el llamado efecto dominó. De este juego, extraigo los conceptos de acción y reacción que co- nectaré con la definición de transito intuitivo. Estos conceptos están explicados desde la física en la tercera ley de Newton: con toda acción ocurre siempre una reacción igual y contraria: por lo que las acciones mutuas de dos cuerpos siempre son iguales y dirigidas en sentido opuesto. Esta definición de Newton, entonces, propone que por cada acción que yo haga algo se modifica, algo reacciona. En el juego de dominó, una pieza bota a otra, y así la reacción de una primera pieza puede desencadenar el volcamiento de todas. Siguiendo esta lógica, podemos entender cómo una acción puede modificar todas las piezas que se hayan dentro de la escena, con posibilidad de obtener una reacción en sentido opuesto. De este modo, lo que yo entro a hacer a escena esta precedido por algo que ya me afectó. Esa misma afecta- ción producirá un cambio en mí que me llevará a hacer otra cosa, la que a su vez afectará a otro, y a mí mismo. Ese otro se verá afectado y eso lo llevará a una acción; y así sucesivamente. Ahora bien, retomando el ejemplo del juego, cuando uno iniciaba sus primeras experiencias con las piezas de dominó, uno intentaba en primera instancia generar el efecto ya sabido de antemano. Es decir, poner las piezas lomás equidistantemente posible, de manera lineal y en una superficie plana, de esta manera se lograría el efecto esperado del juego. Pero una vez ya superada esa primera etapa, comenzaban las variaciones: poner algunas piezas ya no equidistantemente, mon- tar una arriba de otra, buscar superficies que no fueran planas, poner obstáculos en el camino, etc. El desarrollo de esta nueva etapa preten- día explorar los límites del juego y nos introducía hacia la búsqueda de

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