La intuición en la actuación
122 Es decir que, además de hacer viajar al espectador por las emociones o sucesos que se están presenciando, en el mismo tiempo/espacio el actor debe llevar un control consciente de lo que va a suceder. Y todo lo anterior, sin dejar que este control consciente atente contra la idea de construir un camino abierto a la intuición como motor de búsqueda. Ahora bien, para poder habitar ese presente escénico con soltura es necesario que el actor/actriz pueda manejarlo de manera, audaz, desparpajada, sin temor a al error. Es por ello que la capacidad de jugar dentro de la construcción de la escena es fundamental. Entendiendo el juego —o la idea de jugar— como un espacio de carácter lúdico, que implica hacer algo para entretenerse que está sujeto a ciertas reglas para su desarrollo, pero que no necesariamente implica un desarrollo racional, preconcebido o estático. Dada esta definición de juego, en- tender la importancia de las reglas del juego —que componen el marco dentro del cual el actor/actriz podrá desenvolverse— es fundamental para generar la confianza en el actor/actriz de que está jugando a un juego y no a otro 13 . Jacques Lecoq descubre la concepción fenome- nológica del juego como soporte del imaginario “(…) al estructurarlo a partir del movimiento” (Salvatierra Capdevila, 2006, p.511). Simón Rodríguez (2011), por su parte, aporta que: El juego es una actitud interna, y que se puede plasmar en el mo- vimiento, en la voz o en cualquier estilo de teatro. Y que es una actitud que se ha de trabajar. No depende sólo de la voluntad. El juego es un músculo imaginario que hay que trabajar para poder estimular (p.4). Ahora bien, para hacer una analogía y mostrar la relación que existe entre el juego y la idea de tránsito intuitivo quiero recordar un juego 13 Como se explica en el ensayo de Juan José Acuña, titulado “Escena lúdica, la intuición como herramienta actoral” en esta misma publicación (p. 49)
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=