La intuición en la actuación

113 forma oculta 12 , donde la radicalidad de la mínima amplitud de mo- vimiento corporal resulta en un mayor movimiento del estado/ma- terial sensible que acompaña a esa acción. A modo de profundizar e incorporar un concepto que ayude a aprehender el estado propuesto, resulta provechoso utilizar el término “imagen borrosa” investigado por Tisseron (1996): Aunque se trate de una forma de memoria petrificada, la fotogra- fía tiene la característica de poder movilizar una imagen dinámica del acontecimiento que representa. Tal es el caso, especialmente, de las fotografías deliberadamente borrosas. (…) Por último, y sobre todo, la imagen borrosa invierte la relación habitualmente reconocida, para convertirse en la relación de la fotografía con la duración. En la medida en que la fotografía no posee indicio de temporalidad, la imagen borrosa es tanto el signo de un devenir con el signo de un borrado. El instante de la fotografía borrosa no es, en este sentido, identificable a ningún otro. Es el instante de la vacilación entre una finitud trágica y una eternidad transfigurada. La fotografía borrosa nos habla tanto del pasado como del futuro. Abre la imagen a la dimensión del mito. (el subrayado es mío) Las acciones y sus materiales sensibles conforman el alfabeto crea- do por el intérprete a partir de los gestos y acciones que emanaron de las unidades, realizando una “traducción intuitiva” distanciada de un razonamiento literal, sin llegar a una “mímica” o imitación de una acción cotidiana, lo cual encerraría el significado rápidamente. Las imágenes mentales devenidas en borrosas estimulan el constante movimiento de acciones concatenadas o partituras, las cuales con- tendránmaterial textual en una siguiente etapa que no será analizada en este ensayo. Por ejemplo, para la tercera unidad —El brindis—, la imagen inicial con la que trabajé fue la de chocar las copas. Al no 12 Ver ensayo de Daniela Castillo en esta misma publicación (p. 37)

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