La intuición en la actuación

102 El entrenamiento es otra cosa: se sitúa fuera de la competencia, es regular, es un proceso largo, constante, natural, orgánico. En virtud de lo anterior, propongo la utilización de dos términos: calentamiento y entrenamiento . No como sinónimos, sino como dos fenómenos distintos que —aunque relacionados entre sí— tienen dis- tintas vías de aplicación, desarrollo y profundización. El calentamiento físico ocurre antes de la escena, o del espectácu- lo; y tiene como propósito reducir los riesgos en el escenario: si un actor no calienta, se arriesga a una lesión. Por otra parte, también es un momento importante para el trabajo colectivo y para el viaje personal al interior de ese trabajo. El calentamiento está vinculado al lugar, ya que el espacio donde uno calienta también se calienta. Es el espacio-momento de rituales, la preparación exhaustiva del cuerpo y el espíritu, que luego es capaz de extenderse hasta el espectador. Cuando digo espíritu, quiero referirme a esa energía interna espe- cial que está siempre allí y aunque a veces no podamos verla, existe; como unmotor que nos lleva y hace visitar lugares en lo físico, mental y emocional algunas veces por sobre nuestra voluntad. Por lo visto, como actores, tenemos más posibilidades de las que creemos. Normalmente, cuando actuamos, no nos alejamos de nues- tra capacidad de entendimiento y de nuestra conciencia naturales. Hacemos lo que sabemos que podemos hacer. Sin embargo, cuando estamos en un estado de pánico o de confusión, a veces surge un po- der del que no somos siquiera conscientes. Hay algo más profundo. Concentrarse demasiado en la inteligencia consciente y la técnica ana- lítica puede limitarnos. Hemos de ser conscientes de que hay otras posibilidades ocultas. Sin esta consciencia más amplia, no podemos obtener fuerza más allá de nuestro estado normal en la vida cotidiana. No podemos evocar este tipo de energía. Pero cuando ya somos conscientes de esta fuerza ¿cómo evocarla? En japonés, esta energía sutil se llama ki, pero como no existe un equivalente en las lenguas europeas, es muy difícil de explicar. El

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