Poesía Chilena en dictadura y postdictadura

| 93 | Contraste y negación de lo común en los primeros poemarios de Elvira Hernández trella y la piedra. De este modo, la “La estrella / de vidrio” con la yuxtaposi- ción del tercer verso articula el trayecto de un reflejo “de vidrio / en vidrio” y, en el cuarto, adiciona la destrucción de tal soporte o de la estrella. Aunque la concordancia de género (“hendida”) obliga a comprender la partición o escisión del objeto directo (la estrella), me parece que se amalgama la per- manencia de sentidos potenciales, que se reúnen también en el verso conclu- sivo del poema. Es decir, pervive una desidentificación degradatoria: una es- trella que es solo una piedra tras un vidrio que estalla. Últimos hitos de la disolución Carta de viaje (1989), en tanto eslabón de esta poética, despliega también el procedimiento de contraste con respecto a lo común, consistente en su desacuerdo como eje de la actividad política, puesto que la enunciación de la sujeto da cuenta de una crisis de la significación de lo colectivo que la con- tiene. La carencia inicial, situada en la dictadura militar chilena, se acre- cienta por la tensión din mica del viaje hacia el “confín del mundo” (Her- n ndez, 2013, 69) o el fin de los tiempos (“Se ha iniciado la cuenta regresiva a la velocidad de la luz” (69)), en resumen, el fin del sentido (Schopf, 1991). A partir de este impulso, la hablante compone el recorrido de im genes y re- ferencias accidentales (carteles, monumentos, centros de tortura, marcas co- merciales, películas, citas, personajes históricos y actuales, poetas, actrices, ciudades, etc.), restos sin jerarquía (“Lo que boto la ola a la sombra del Nue- vo Mundo / Lo que botó la ola en el lobby del Viejo Mundo” (77)) que con- figuran e interrumpen una identidad que se deshace (Olea, 1990) en el pai- saje de nieve patagónico, conforme nombra y deja atr s sus marcas. Es así que el frío y el blanco iteran este proceso de vaciado cultural, social e histórico, que reduce al sujeto a la vivencia directa de su cuerpo, por una parte, pero también a la resistencia al olvido y a la muerte, por otra, sin- tetizados en una misma sustancia (“la fibra roja del tiempo”) al final de la si- guiente cita: Se me hiela los pies, herma. Todas esas partes perdidas que revi- ven mi nostalgia. Me hielo y deshielo en la última guarida de mi cuerpo.

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