Poesía Chilena en dictadura y postdictadura
| 75 | Soledad Fariña: una poética del espacio memoria en blanco, olvido” (11). El pasado, prehisp nico (y predictatorial), aparece como espacio de olvido, espacio blanco, Ortega nos recuerda que “el blanco es el tiempo, expresión del desarrollo y la transformación permanen- te” (94), de esta manera se apropia del vacío y lo hace significativo. Pero, por otro lado, hay una pérdida también de las capacidades agoreras en la cone- xión con el Ukhu Pacha: “olvidar el futuro” (11), continúa. “¿Un espiral un virus / anunciando el término del mundo con un flatosagrado?” (11), forma irónica de presentar el ingreso de la cristiandad y la desaparición del mundo andino; “eterna traslación intensa traslación / del azar al azahar del cenit al nadir envejeciendo” (11). Presenta el movimiento que ser la constante del poemario, azaroso, pues no hay sistema simbólico que lo ordene, del cenit al nadir, es decir: trazo vertical, propio de la andinidad, pero m s adelante in- dicar : “ peregrinación / pesadilla / del cenit al nadir / sin caer” (12). La pe- regrinación ya no religa dos mundos, es pesadilla. La verticalidad ha perdido su punto de referencia, no cae y, por extensión, no asciende. Hay una ten- sión que ya se evidencia, la relación entre el origen andino y el movimien- to del universo, el envejecimiento de ambos sistemas descentrados. Adem s, se ha cerrado el paso a la profundidad: “serpiente quebrantada que ha per- dido su piel / en asfalto rugiente” (12). El cambio de piel ya no es natural, sino una herida de la urbanización, de la piedra sin conexión con lo divi- no, sino del “asfalto rugiente”. Hay queja y hay dolor: “mi dolor” (12) repi- te tres veces; luego “ he perdido algo ” (13), repite tres veces; luego “ay de mí” (13), repite tres veces. Pero también hay una sensación de triunfo: “vuelve el hombre a su origen: / mancha era / mancha es” (12), dando cuenta del ca- r cter pictogr fico de la existencia andina. Y en las im genes metamórficas, intermediales y paradójicas: “me busqué lejos de mí y me encontré —dice el p jaro pez” (14), y finalmente: “el sol / brillando entero // atr s / a media- noche” (15). De esta manera, el sistema sem ntico de la andinidad, aún im- posible de descifrar en cuanto a sus significados, no es imposible de recupe- rar en cuanto significantes todavía activos en su silencio.
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