Poesía Chilena en dictadura y postdictadura

142 | molusco, representando y funcionando bajo las mismas lógicas de las “casas de la dictadura”, es decir, de los centros de tortura. En relación con esto, afir- ma que marcas textuales tan significativas como “ablandar”, lleva a hacer la asociación sem ntica con los procedimientos de tortura que buscaban que el detenido se “quebrara”, es decir, que hablara y delatara a sus compañeros. De esta forma, los procedimientos de tortura al mundo privado, represen- tados en el poema, se proyectan y relacionan con lo que le ocurre a Chile, ya que siguiendo a Sepúlveda, Chile y sus ciudadanos se est n convirtiendo en sujetos prostibularios a causa de la comunión generada entre dictadura y neoliberalismo, lo cual produce sujetos que pasan de ser ciudadanos a con- sumidores, de ahí entonces lo fundamental del concepto “vitrina”. “Pintura de Ojos” (Marina Arrate) Poema publicado en 1986 en Este lujo de ser , en el cual se observa la escena de una mujer que delinea sus ojos con meticulosidad y determinación, re- present ndose cada uno de los movimientos que realiza para lograr su obje- tivo a modo de un guión y/o una rutina de car cter ritual consabida para la mujer. Sus ojos se vuelven objeto de transformación, forman parte del simu- lacro que llevar a cabo al modificar la estética que los engalanar en el ejer- cicio ritual erótico de “pintarse los ojos”, el cual se convierte en una perfor- mance social en que la mujer se vuelve transgresora al mirarse a sí misma y transformar, disfrazar, “adornar” (tal como en el caso de “Molusco”, aunque con distintas implicancias) sus ojos y, con ello, su mirada. El acto de “pintar- se los ojos” se vuelve a su vez una excusa, ya que la mujer en tal proceso per- manece alerta, mira, se-mira, en un ejercicio narcisista que la potencia en la relación que establece con su propio cuerpo, en el que la pintura funciona como met fora de la escritura, por tanto, la mujer al “pintarse” est escri- biendo sobre sí misma, pues tal como señala Olea refiriéndose a la poética de Arrate: “El juego del mirarse es, en estos textos, el juego del conocimien- to, de empoderamiento que la constituye en sujeto de su devenir”. La pintu- ra, en este sentido, es una inscripción que la transforma en otra, inscripción que genera un simulacro estético basado en el juego que ella realiza de mi- rarse y “querer ser otra”, a través de la propia imagen que se proyecta en el es-

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