Poesía Chilena en dictadura y postdictadura

122 | que el gobierno niega, lo que la multitud est forzada a reprimir; voz silen- ciosa y callada de lo que nadie m s podría decir. Por otro lado, la presencia de personajes espectrales como el ciego parece posible solo en cuanto se desarrolla un tipo de escritura específica, que caractericé en un principio como sumamente visual y situada en el lí- mite entre palabra e imagen. Como escritura hecha de im genes repentinas, apariciones irrepetibles que, sin embargo, dejan una impresión imborra- ble de oscuridad y temor, es posible describirla como fantasmal en sí mis- ma. Con ello no me estoy refiriendo solo a la existencia de personajes de este tipo, descripción de la ciudad a través de las palabras como un espacio som- brío, sino que, como adición a ello, hago alusión al hecho de que los recur- sos formales utilizados por Mill n hacen de esta una escritura fantasmal, de lenguaje contaminado —como reza uno de los versos—, que desaparece y aparece a la vez, y que nos transmite, como lectores, la sensación de que exis- te algo que no vemos, pero que est allí, en acecho, espant ndonos y espi n- donos. Uno de estos recursos es el verso breve, la frase corta, que proyecta im genes que se superponen una tras otra, en ocasiones sin dejar espacio a la formación mental de una escena móvil, haciendo del poema una suerte de exposición fotogr fica de distintos momentos correspondientes a la vida de una ciudad, tanto visible como oculta. Otro de ellos corresponde al lengua- je descriptivo y conciso utilizado por el hablante, a través del cual se tiende a sobredeterminar el significado de las palabras o a generar una cadena de significantes que podría prolongarse hasta el infinito, utilizando una misma palabra de distintas maneras para crear diferentes frases, como ocurre en la siguiente estrofa: Se cierran las llaves. Los resistentes corren peligro. Los ciclistas corren se persiguen. Los barcos persiguen cardúmenes. Corro peligro me persiguen. (13) A la sobredeterminación y el uso de frases cortas se suma la indeter- minación del hablante, la ausencia de un yo específico y unívoco presente en todo el poema. Tal como la figura del ciego, que toma la palabra en el frag-

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