Poesía Chilena en dictadura y postdictadura
| 13 | Estupor y silencio. 45 años de poesía en Chile de control de la circulación, sumada a la represión sistem tica y la aplicación de la censura, terminaron por crear el fenómeno que m s tarde ser conoci- do como “apagón cultural”. Gonzalo Mill n, en su libro La ciudad (Quebec 1979; Santiago 1994), evoca y torna elocuente el complejo panorama de Chile en los pri- meros años de dictadura. Con una escritura que —afirma Valeska Solar en este volumen— sería fantasmal y poblada de “im genes espectrales”, el poe- ta presenta una ciudad y un escenario cotidiano monótono en el que “proli- feran las desapariciones, los abusos, el miedo; rondan los agentes del tirano, los soplones, las ausencias, el peligro”. Según esta forma de leer los hechos, también figurada en la poesía, la dictadura habría logrado imponer el silen- ciamiento de toda oposición posible, desde sus m s temidos enemigos po- líticos hasta el mbito de la literatura considerada “subversiva”. Sin duda, la represión tuvo un efecto devastador en el tejido social: el exilio de artis- tas y escritores, junto al repliegue de los muchos que se quedaron, produce esa sensación de vacío a la que apunta el mencionado concepto de “apagón cultural”. Sin embargo, hoy sabemos que los acontecimientos no fueron tan lineales. Al estupor y miedo de los primeros años de dictadura, sigue una progresiva rearticulación de las fuerzas políticas y sociales que intentan opo- nerse al régimen. En términos generales, ante el intento de dominio direc- to por parte de la dictadura, surgen múltiples iniciativas que, m s o menos subrepticiamente, trataron de ofrecer un espacio social solidario, al tiempo que se ponían en circulación discursos de oposición y resistencia; formas va- riadas de organización social que intentan ejercer una acción contrahege- mónica con respecto al totalitarismo militar de derechas. Según lo propues- to por Raymond Williams en Marxismo y literatura , la hegemonía no es el simple ejercicio de un poder, de forma vertical y unidireccional, sino un pro- ceso móvil que vincula a los diferentes grupos sociales no solo en una pug- na por el control efectivo en términos políticos, sino sobre todo la forma en que los distintos discursos que circulan al interior de una determinada socie- dad se relacionan, en el sentido tanto de oposición como de superposición y permeabilidad. En términos de Williams:
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=