Mejorar la educación : aprendizajes desde la investigación educativa
Carlos Vanegas 40 a través de la propia profesionalidad. Además, se presentan algunas experiencias exitosas que demuestran que es posible transformar las clases dematemáticas y ciencias, incluso en condiciones poco favorables. El elemento clave Hay dos maneras de transformar las clases: esperar a que los factores externos lo hagan o haciéndolo uno/a mismo/a. En este caso, la invitación es a hacerse cargo de dicha transformación con o sin el apoyo de los factores externos. Al hacer esta invitación estamos par- tiendo de la base de que el elemento clave para transformar las clases es el/la docente. Como profesionales debemos ser capaces de utilizar dos características que nos son propias: la innovación y la reflexión. La innovación es un concepto que a veces se nos aparece como demasiado complejo y por eso los y las docentes decidimos no reco- nocernos como innovadores/as. La primera innovación docente es la decisión de innovar en la propia clase. El equipo del profesor Óscar Jerez plantea que hay cuatro fases que atravesar para lograr la inno- vación en las clases: identificar las rutinas claves con sus fortalezas y debilidades (¿qué acciones de mi propia práctica docente afectan los aprendizajes de mis estudiantes?); replantear las rutinas claves con la ayuda de otros/as (¿qué realimentación pueden entregarme mis estudiantes o mis pares para replantear mis rutinas?); implementar pequeños cambios y analizar su impacto (¿qué efecto tienen los cambios en los aprendizajes y percepciones de mis estudiantes y qué implicancias tienen para mí?); y fortalecer y mantener la innovación (¿qué nuevos cambios puedo realizar?). La reflexión, por su parte, es fundamental para transformar las clases y a nosotros/as mismos/as. Reflexionar no se trata simplemente de sentarse a mirar lo que pasó en la clase para buscar culpables o autocomplacernos en lo bien que hacemos nuestro trabajo; la re- flexión debe considerar distintos procesos, tanto cognitivos como afectivos, que ocurren antes, durante y después de las clases y que, sobre todo, nos llevan a querer innovar nuestras propias prácticas, tanto las que no están funcionando bien como aquellas rutinas que habitualmente nos resultan cómodas. El modelo del investigador
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