Mejorar la educación : aprendizajes desde la investigación educativa

Educación y participación ciudadana en los gobiernos... 237 La primera perspectiva se evidenció en relación a temas curricu- lares al ponerse en marcha un gran proceso de consultación nacional. Según indica un trabajo de Cristián Bellei, ante la inexistencia de información sólida sobre la que diseñar políticas de mejora de la calidad y equidad del nivel secundario, el presidente Aylwin abrió un proceso plural de generación de conocimiento. Universidades, centros de investigación y más de 30 000 personas organizadas en más de 2000 grupos discutieron sobre educación secundaria. La segunda perspectiva estuvo referida a la participación en la de- finición de políticas educacionales. Fundamentalmente, se produjo en espacios institucionalizados como comisiones y consejos, más o menos cerrados, en los que, como señala De la Maza, el eclecticismo de su composición no escondía la condición de invitados/as de sus integrantes. En el gobierno de Eduardo Frei Ruiz Tagle se instaló el primer gran escenario institucional para la reforma de la educación: la Comisión para la Modernización de la Educación. Fue esta una oportunidad débilmente aprovechada para una mayor articulación entre las expectativas de participación de la comunidad educativa, particularmente de los/as docentes y el Estado, pues –a pesar de la amplia representación social y política– la Comisión «fue un espacio donde podían expresarse los liderazgos, pero no las bases sociales de las organizaciones» (Núñez, 2001, p. 41). Al observar, en el campo educacional, las formas de participación social en este primer momento de posdicatura, constatamos que estas eran compatibles con la necesidad de estabilidad democráti- ca. La gobernabilidad de la democracia ordenaba la aprobación de las políticas globales alrededor de dos criterios: el consenso como método de gobernanza y el incrementalismo como fórmula de cam- bio. De hecho, no estaba en el espíritu de las nuevas autoridades democráticas convocar a un encuentro nacional sobre educación, como algunas voces de la derecha lo reclamaban. Tal vez no se hizo por el gusto amargo que dejaron las formas autoritarias de la dicta- dura, pero también porque no se quería ideologizar la discusión de la reforma educacional. Como algunos estudios lo han mostrado, en esta época estaba muy presente en la memoria colectiva la crisis suscitada por el proyecto de Escuela Nacional Unificada del presi- dente Salvador Allende. Pero, además, los/as expertos ministeriales

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