Mejorar la educación : aprendizajes desde la investigación educativa

Cuando la evaluación crea el problema: las políticas de rendición... 209 se retomó la idea de un examen nacional y se creó la prueba Pro- grama de Evaluación del Rendimiento Escolar (PER). Esta prueba fue encargada por el Ministerio de Educación en el año 1978, bajo el mandato del ministro Gonzalo Vial, a un equipo interdisciplina- rio de la Pontificia Universidad Católica a cargo de Erika Himmel. El objetivo de la prueba era realizar un estudio para identificar las variables que incidían en el rendimiento académico de los alumnos, además de entregar información «objetiva» a los equipos educativos para su uso «descentralizado» en la mejora del trabajo pedagógico. Luego, con el traspaso de poder del ministro Vial a Alfredo Prieto se introdujo una racionalidad neoliberal en la aplicación de la prueba. A fines del año 1979, el ministro Prieto, como él mismo lo refiere en su libro La modernización educacional (1983) y lo refrenda Erika Himmel (1996), le solicitó al equipo a cargo de la evaluación modificar el objetivo del examen con el fin de medir la calidad de cada establecimiento y, así, difundir los resultados evaluativos y orientar la elección escolar de las madres y los padres. Este giro es clave para comprender el sentido del Simce en un escenario de mercado, en que la evaluación pasa de medir el rendimiento escolar a definir la calidad de una escuela. Esta es la germinación del Estado evaluador o hipervigilante en un contexto de mercantilización de la educación escolar. Es impor- tante notar, por ende, que el proceso de liberalización del sistema educativo, basado en principios de competencia, tempranamente fue ideado como una libertad normada. Las visiones neoliberales de un Estado subsidiario se combinaron con una racionalidad nacionalista autoritaria y un control a la distancia. Con el tiempo se fue consagrando gradualmente un mercado escolar performativo, con distintos matices, a través de gobiernos de centroizquierda y de derecha. Se trata, como he argumentado en otros escritos (2019), de una política seductora que cautivó a segmentos de distintas posiciones. Además, como lo han puesto de relieve Javier Campos, Francisca Corbalán y Jorge Inzunza (2015), ello fue acompañado por persuasivos discursos que promovieron la política de accountability a nivel global, difundidos particularmente por medio de organismos internacionales como la OCDE, UNESCO PREAL, entre otros.

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