Mejorar la educación : aprendizajes desde la investigación educativa
Amanda Datnow y Vicky Park 22 han reportado el uso del agrupamiento por habilidad también creció en matemáticas, de un 40% a un 61% durante el mismo periodo. Una posible explicación para este incremento es que desde que se implementó la ley «Ningún Niño se Queda Atrás» (No Child Left Behind Act) 4 tenemos datos de evaluación mucho más detallados y los colegios los podrían estar utilizando para agrupar a los alumnos con dificultades. Es en este escenario que llegamos a una bifurcación en el ca- mino: por un lado, el uso cuidadoso de los datos puede llevar a un agrupamiento flexible y a planes de aprendizaje individualizados que fomenten los logros de aprendizaje; por otro lado, el uso mal infor- mado de los datos puede llevar a un aumento de la segregación por habilidad ( tracking ) en el largo plazo, lo que se ha demostrado que aumenta la brecha de rendimiento entre los alumnos de raza blanca y los alumnos de otras razas, y entre los alumnos de bajo rendimiento y sus pares de alto rendimiento (Oakes, 1985; Scholfield, 2010). Aunque los datos de los resultados de las evaluaciones ofrecen información sobre el progreso de los estudiantes en el dominio de ciertos estándares, normalmente no están destinados para clasificar a los alumnos dentro de las clases. Pese a ello, en un estudio de siete distritos casi la mitad de los directores informaron que utilizaban los datos de evaluación para ese objetivo (Davidson & Frohbieter, 2011). En un colegio los puntajes de los datos de evaluación de comienzo de año fueron utilizados para asignar a los estudiantes a cursos «regulares», «avanzados» o «destacados». Como lo señalan los autores mencionados, «el amplio uso de la evaluación para la clasificación de estudiantes no parece ser consistente con el pro- pósito original de la evaluación» (p. 22). Los administradores del distrito no pretendían que los resultados se usaran con el propósito de segregar, pero algunas veces se utilizaban con este objetivo en los establecimientos educacionales. 4 Nota del editor: el No Child Left Behind Act («que ningún niño quede atrás») es una controvertida política federal de Estados Unidos orientada por los prin- cipios de una responsabilización con altas consecuencias. Esta iniciativa incluyó un importante aumento de las mediciones de aprendizaje estandarizadas en ese país, lo que hizo crecer también el volumen de datos disponibles respecto de ese tipo de evaluaciones. Se recomienda leer un artículo de Alejandra Falabella –en el capítulo cinco de este mismo libro– para profundizar en este tipo de políticas.
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