Optimización del riego en paltos y cítricos
Aplicando la fórmula de necesidades de agua de riego, considerando una eficiencia de aplicación de agua de 90%, debido al sistema de riego por goteo (Efa= 0,9), ésta será: +9 << = 719,33 − 116,8 0,9 +9 << = 669,47 En conclusión, el agricultor de Peumo necesitará 616,19 mm o 6.161,9 m 3 /ha en la temporada para suplir la demanda hídrica del huerto de paltos. Este ha sido el método tradicional para calcular la cantidad de agua que demanda un cultivo en una zona en particular; sin embargo, estos cálculos asumen varios factores que se deben tomar en consideración: primero, que el 100% de la precipitación queda retenida en el suelo como agua aprovechable, lo cual no necesariamente es así, dado que una lluvia copiosa podría percolar gran parte del agua aportada a capas profundas, no quedando disponible para las plantas; segundo, no considera la carga frutal, la cual, en el caso del palto, se estima que puede incrementar entre un 30 a 40% la demanda con alta carga, en relación a uno con poca fruta (Silber et al., 2019). De esta manera, para disponer de una mirada más precisa, el uso de tecnologías de gestión del riego, como las sondas de capacitancia y/o la cámara de presión tipo Scholander, toman relevancia para ajustar de mejor manera la cantidad de agua a aportar con el riego. Conociendo las necesidades de agua del cultivo, las preguntas siguientes a responder son: ¿cuál es el tiempo y la frecuencia de riego óptima?, ¿cómo distribuyo esa agua?, ¿debo regar todos los días?, ¿riego día por medio? o ¿una vez por semana? Para responder a este desafío, es necesario conocer la capacidad de retención de agua del suelo, aspecto que depende principalmente de su velocidad de infiltración, textura y estructura (Capítulo 1) Programación del riego El riego es la aplicación oportuna y uniforme de agua a un perfil de suelo, para reponer en este el agua evaporada desde la superficie y la consumida por los cultivos entre dos riegos consecutivos (Gurovich, 2001). El concepto de “Programación del riego” consiste en la utilización de una o varias metodologías que permiten definir cuándo y cuánto regar, con el objetivo de alcanzar la máxima eficiencia del uso del agua sin afectar el rendimiento (Callejas et al., 2014). Según Ferreyra y Sellés (2013), la programación del riego se divide en dos etapas, una predictiva y una de control. Etapa predictiva La etapa predictiva de la programación tiene por objetivo definir a priori las necesidades de agua de riego (NA), y el tiempo y la frecuencia de riego, que permitan un adecuado desarrollo del cultivo. Para ejecutar correctamente la etapa predictiva se deben considerar:
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=