Optimización del riego en paltos y cítricos
(Figura 7). Para el caso de los meses de diciembre, enero y febrero (verano), de la primera temporada, el coeficiente de cultivo real (Kc r ) muestra alta variación (Figura 8), que de acuerdo con el funcionamiento del modelo deja en evidencia la presencia de estrés en la planta. Si bien no se debe a un estrés por falta de agua, puesto que es el periodo de máxima frecuencia y tiempo de riego dentro de la temporada, puede deberse al efecto contrario, exceso de agua. Esto queda en evidencia en las diferencias que se presentan entre años de riego; en la primera temporada se alcanza un máximo de 0,63 de Kc r y un mínimo de 0,3, siendo 0,63 y 0,57 los máximo y mínimo, respectivamente, para la segunda temporada, en donde los riegos fueron más cortos que el año anterior, aplicando menos agua al regar, lo que mantiene el suelo aireado (buena relación agua/aire) y, por consiguiente, se logra una transpiración cercana a la potencial, experiencia similar a lo reportado por otros autores (Jímenez et al., 2013; Neira et al., 2015). Respecto a la evaporación, y para ambas temporadas, se presentó estable, con un promedio de 0,26 mm d -1 (10% de la evapotranspiración del cultivo); esta variable no desaparece por completo a pesar de tener riego localizado, ya que la cobertura no es continua, lo que permite evaporar agua directamente desde el suelo en zonas descubiertas. Figura 7. Serie temporal de evapotranspiración real (ETr) y Kc r , obtenidos de la simulación con HYDRUS-1D, para ambas temporadas en un huerto de limoneros ‘Fino 49’. Cabe destacar que la diferencia de evapotranspiración real entre periodos fue de 18 mm, aproximadamente, siendo ligeramente mayor cuando menos agua se aplicó al cultivo. Por otro lado, lo que tiene un evidente cambio es la cantidad de agua empleada para el riego, la cual, al compararla con la ETr, muestra cuánta agua está entrando por riego al sistema,
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