Optimización del riego en paltos y cítricos

Con relación a los componentes del rendimiento, se observó que ningún tratamiento afectó el número de frutos por árbol (datos no mostrados), por lo que las diferencias en producción se debieron a efectos en el tamaño de la fruta. En ambas temporadas, un mayor aporte de agua (13.000 a 14.500 m 3 /ha) no tuvo ningún efecto positivo en los componentes del rendimiento, en comparación al tratamiento R. Campo (10.300 a 11.600 m 3 /ha); por el contrario, se observó un retraso en la maduración en la primera temporada. Resultados similares han sido reportados previamente por Holzapfel et al. (2017) y Osorio et al. (2012), quienes alcanzaron los máximos rendimientos con riegos de 8.887 a 10.000 m 3 /ha, en la misma zona de estudio y en el valle del Limarí, Región de Coquimbo, respectivamente. En la temporada 2017-2018, el tratamiento -29% R. Campo tuvo un leve efecto en el tamaño de fruto (6% menor tamaño) y, por lo tanto, en la productividad (4% de disminución) (Cuadro 7). Si bien los tratamientos de reducción de agua más tardíos no alcanzaron un nivel de potencial xilemático de estrés hídrico moderado, sí presentaron una disminución en el rendimiento, la cual fue igual o mayor que el tratamiento de menor aporte de agua durante toda la temporada (-29% R. Campo), sugiriendo que, en caso de tener una menor disponibilidad de agua de riego en la temporada, es recomendable “aclimatar” a la planta paulatinamente durante la primavera-verano, de manera de favorecer el crecimiento de raíces fuera de la zona del bulbo de mojamiento, de manera que exista un mayor volumen de raíces activas en los momentos de escasez de agua. A su vez, esta respuesta se debería a una adaptación bajo condiciones de menor disponibilidad de agua, al disminuir el crecimiento vegetativo aéreo y favorecer, así, el subterráneo, lo que permitiría reducir la evapotranspiración de la planta, al tener una menor superficie de transpiración. De todas maneras, si bien se observaron menores niveles productivos, estos fueron sólo de un 6% menos al R. Campo, manteniendo sobre un 90% de fruta exportable (Cuadro 7). Esto quiere decir que, si bien el palto en la zona de estudio disminuye su productividad con aportes de agua de entre 7.300 a 8.200 m 3 /ha, el impacto en el rendimiento y, por consiguiente, en la rentabilidad, es bajo. En relación con los indicadores de eficiencia y rentabilidad, los cuales provienen de una extrapolación de los datos medidos por árbol a la hectárea (según marco de plantación), el naranjo se mostró como la especie con mayor eficiencia agronómica del uso del agua, seguida del limonero, el mandarino y, finalmente, el palto, con una eficiencia promedio en condiciones productivas de 14,3; 12; 8,8 y 4,1, respectivamente, en los tratamientos con mejor rentabilidad (Cuadro 8). Esto se traduce en una huella hídrica de 72; 83; 114 y 248, litros de agua por kg producido, en naranjo, limonero, mandarino y palto, respectivamente, estando por debajo a las huellas hídricas de referencia para Chile (Osorio, 2013) e indicando, así, que el uso de tecnología de control del riego es una solución de corto a mediano plazo eficaz para aumentar la eficiencia del uso de agua en la región.

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