Sexualidad e inclusión de personas con discapacidad

52 sobreprotección y asexualización de las personas con discapacidad, en todas sus edades y momentos de su ciclo vital. Deben además considerar variadas formas de comunicación, asegurando la comprensión de la información, ligada a la prevención y abordaje adecuado de enfermedades y condiciones de salud mental y física, que pueden estar ligadas directamente o no a sus derechos sexuales y sus derechos reproductivos. Es importante que los(as) profesionales de la salud, en las diferentes áreas de interacción con niñas, jóvenes y mujeres con discapacidad, logren identificar los diversos modos en las cuales pueden ser vulneradas,desde violencias más explícitas como agresiones físicas, verbales y sexuales, o bien violencias más implícitas como aquellas naturalizadas dentro de conductas machistas y en las propias prácticas profesionales del área de la salud, entre ellas violencia obstétrica (prenatal, postnatal y puerperio), patologización de los diagnósticos y vulneración directa de sus derechos sexuales y derechos reproductivos. Para hablar sobre la vivencia de una sexualidad plena, también se hace necesario considerar las etapas del ciclo vital como un eje que se torna central a la hora de abordar dicha temática. En términos muy generales, no está demás recordar que somos seres sexuados(as) desde el día que nacemos. Y, desde esta perspectiva, resulta de gran importancia que a lo largo del proceso de desarrollo los(as) profesionales de la salud puedan promover la creación de un contexto de atención protegido, respetuoso, accesible, libre de tabúes y de ideas equivocadas; que dignifique, empodere y acompañe a las personas y sus comunidades; dando respuesta a los desafíos que cada periodo de la vida trae consigo. En este sentido, queremos hacer hincapié en que la responsabilidad asociada a brindar una educación sexual integral es una tarea que involucra a toda la comunidad; y en ese escenario, los(as) profesionales de la salud son un pieza clave a la hora de llevar a cabo un trabajo en red que resulte efectivo y acorde a las diversidades que todos(as) poseemos. En esta misma línea, como niñas y mujeres con discapacidad, esperamos que se promueva una atención en salud completamente alejada de la asexualización y, para que aquello suceda, es preciso que exista una total conciencia sobre nuestro derecho a gozar de una sexualidad plena, mediante la cual podamos conocer, experimentar y decidir sobre nuestros cuerpos. Todo esto en un entorno accesible desde lo físico y lo arquitectónico, que nos garantice los servicios necesarios, que nos haga sentir escuchadas, seguras y visibilizadas al estar libres de las barreras que dificultan el ejercicio de una orientación y acompañamiento adecuados para todas en igualdad de condiciones que el resto de la población.

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