Sexualidad e inclusión de personas con discapacidad

114 En síntesis... Como clínico se debe tener en consideración que la experiencia amorosa es multidimensional, por lo que puede presentarse y ser vivida de diferentes formas, no sólo por distintas personas, sino también por una misma, en el curso de una relación o en diversas relaciones. Además, se debe considerar que hay relativismos culturales que se deben respetar en la dinámica de pareja, sin embargo, estas individualidades no pueden estar por sobre la dignidad de las personas, Derechos Humanos y Derechos Sexuales y Reproductivos. Es esperable que frente a un evento grave o de importancia en uno (o ambos) de los miembros de la pareja, la dupla pueda experimentar también algunas complicaciones, por ello, debe ser acompañada y considerada dentro de la estrategia terapéutica. La posibilidad de erotismo en la pareja es producto del juego del intercambio de roles mediante el cual cada uno penetra en las fantasías eróticas del otro y le cede las suyas, pero no se puede olvidar las diferencias y buscar aquello que los une. (Flores, 2015). Estímulos Sexuales Específicos : son aquellos estímulos que se diferencian de otros porque tienen carga erótica, llevan un mensaje libidinal que inerva las zonas receptoras sexuales con la consiguiente erotización que inicialmente es focal y luego se dispersa por todo el cuerpo. Utiliza los canales perceptuales que disponemos, siendo jerárquicamente concomitante de acuerdo al sexo y la intensidad de su estimulación (Arias, 2011). Las zonas erógenas : son aquellas partes del cuerpo humano cuyo estímulo resulta particularmente excitante. Los puntos más sensibles para la mayoría de las personas, en todos los grupos etarios, son: la nuca, la espalda, la zona anal, los labios, los lóbulos de la oreja, la cara interna del cuello, de los brazos y muslos. En las mujeres también son zonas erógenas las mamas, el canal vaginal y el clítoris, y en los hombres la estimulación del pezón, el glande del pene y los testículos. (Suárez, 2009).