Sexualidad e inclusión de personas con discapacidad

102 MASTURBACIÓN FEMENINA La apropiación del orgasmo y por ende del placer, parece ser trascendental durante el autoerotismo. Es sabido que el estímulo del clítoris y sus prolongaciones internas, son responsables de muchos de los orgasmos vivenciados por las mujeres, Komisaruk describe que existen diferentes vías nerviosas que tienen un mapeo a nivel cerebral que se relacionan con el orgasmo y, por ende, son susceptible de ser estimuladas, por ello no se debe descartar la posibilidad de vivir un orgasmo en mujeres con lesiones físicas (Komisaruk et al., 2004; Komisaruk, Whipple, Nasserzadeh, & Beyer-Flores, 2011). Respecto de lo anterior, se debe mantener en mente que el mapa erógeno personal puede ser aún más diverso de lo que los estudios muestran, cuando por ejemplo se consideran las preferencias personales de cada individuo (preferencia de estimulación de otras zonas del cuerpo), así como otros factores externos que se relacionan con el desarrollo de las vías nerviosas asociadas, por ejemplo la forma en la que se estimulan las mujeres cuando se masturban, como son tocadas por su pareja sexual e incluso la posición que utilizan durante el coito (Pfaus, Quintana, Mac Cionnaith, & Parada, 2016). Es importante tener en cuenta que la gran mayoría del tiempo, alcanzar el orgasmo es mucho más fácil cuando es la misma mujer quien se estimula y la gran mayoría de ellas cuando realiza sus prácticas masturbatorias se orientan a acariciarse la vulva y no la vagina, en parte porque el clítoris (órgano con mayor cantidad de terminales nerviosas) se encuentra en dicho lugar. Para alguien que nunca se ha masturbado o bien comenzará a realizarlo luego de un largo tiempo, es recomendable partir por el reconocimiento de los genitales. Para reconocerse la vulva, es necesario contar con un espacio íntimo y de tiempo sin interrupciones para hacerlo, una vez se cuenta con ambos, la mujer se puede poner de cuclillas apoyada o estar semisentada exponiendo sus genitales a un espejo. Es común sentir incomodidad o vergüenza las primeras veces que esto se realiza, la cual, a medida que se repite el ejercicio debería disminuir. Mientras la mujer se observa puede intentar reconocer las diferentes estructuras que posee su vulva, así como visualizar la entrada vaginal.

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