Tópicos de odontología integral II : atención odontológica para el adulto mayor

Tópicos de odontología integral ii 168 periodontales no eran una consecuencia natural de la edad, y que la edad avanzada no es un factor predictivo exacto de la pérdida de inserción (8). Ajwani y Ainamo estudiaron a los participantes del Helsinki Aging Study, que incluía a 57 ancianos dentados, en grupos de 81, 86 y 91 años. Los autores describen a los individuos del estudio como representativos de los «ancianos viejos sanos» de Helsin- ki. Basándose en los cambios en el CPITN a lo largo del tiempo, los autores hallaron cambios mínimos en el estado de salud periodontal. Las puntuaciones del CPITN aumentaron en el código 2 (cálculo y sangrado al sondaje) y disminuyeron en el código 3 (bolsas de 4,5 mm). Concluyeron que el estado de salud periodontal en los ancianos relativamente sanos no era consecuencia del proceso del envejecimiento. Baelum y cols. (14) estudiaron la progresión de la enfermedad periodontal en una población china de adultos y ancianos de 20 a 80 años. Durante 10 años de ob- servación, constataron un aumento de la progresión de la enfermedad con la edad, pero no estadísticamente significativo. Concluyeron que la influencia de la edad era mínima. Faddy y cols. (73) utilizaron el CPITN para valorar el patrón de enfermedad de 504 individuos de 18-65 años, durante 3 años. Emplearon un modelo de análisis de datos (modelo en cadena de Markov) que describe cambios temporales en los niveles de enfermedad de los pacientes en cuanto a probabilidades de transición y que tiene en cuenta la regresión y progresión de la enfermedad, Observaron que el aumento de edad no tenía efecto en la progresión de la enfermedad, es decir, la relación entre edad y enfermedad periodontal representa el efecto acumulativo y los componentes no reversibles de la destrucción de los tejidos y el efecto de una tasa de reparación reducida. También encontraron que el efecto era más potente con el aumento de edad. Sin embargo, Grbic y Lamster ( 92) desarrollaron un “ índice de riesgo” y consta- taron que dicho índice era significativamente mayor en los individuos de 60 – 69 años, con pèrdida inicial de inserción de 6 mm y profundidades de sondaje mayo- res de 4 mm, en comparación con los individuos menores de 60 años con niveles de inserción similares. Ellos concluyeron que la edad continua siendo un riesgo sig- nificativo de pèrdida de inserción tras ajustar los niveles iniciales de inserciòn. Por otra parte, Haffajee y clos. (104) constataron una asociación positiva entre edad y perdida de inserción adicional, pero su análisis atribuía esta relación , a la pèrdida previa de inserción y no necesariamente a la edad.

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