Extensión con sentido país: innovando en las prácticas de extensión, vinculación con el medio y comunicaciones en la Universidad de Chile 2016-2018
602 Como obstaculizadores podemos señalar el contexto político-social nacional, con una sociedad civil excluida de la participación política a raíz de la instalación de un Estado autoritario conformado luego del golpe cívico-militar. Esta exclusión es perpetuada por una “cultura del miedo” (Lechner, 2004), que perdura a pesar de que nuestro país vivió un proceso de retorno a la democracia formal, y que impide que las y los individuos se involucren en la generación de una noción compartida del bien común (Quiroga, 2000). El escaso involucramiento de la sociedad civil en la toma de decisiones públicas y políticas genera que, al momento de consultar a la comunidad por las necesidades que ven en su entorno, se encuentren respuestas escuetas y que dejan a criterio nuestro las posibles propuestas. Esto se relaciona también con la realidad local, ya que existe un desconocimiento declarado del aporte que podrían realizar las carreras universitarias que estudiamos, al existir escaso contacto con la educación superior. Existen, entonces, cuestiones de contexto que dificultan la instalación del concepto de bidireccionalidad y, por ende, de la puesta en práctica de un proyecto realmente horizontal que se plantea desde una institución como la Universidad. En segundo lugar, tuvimos dificultades logísticas con el transporte, ya que existen po- blados distanciados y con problemas de conectividad. También existieron varias des- coordinaciones con el personal de la municipalidad; sin embargo, estos fueron solucio- nados y se contó con un importante apoyo de algunas personas del equipo municipal. Por último, a nivel interno destaca la dificultad en la sistematización de alguna de la información levantada, ya sea por escasez de tiempo o por poca experiencia en la reali- zación de algunas de las metodologías empleadas. Conocer el contexto rural es imposible de lograr desde la teoría únicamente. Valorar y aprender del trabajo comunitario más allá de su atractiva teoría, hace estudiar y reflexio- nar en profundidad marcos conceptuales de cursos ya aprobados, que al ser aplicados a proyectos concretos cobran mayor sentido o dejan de tenerlo. Sacar adelante un pro- yecto en el que quienes lo conforman provienen de variadas disciplinas no se enseña en los planes de formación, y sólo se adquiere en espacios como TTVV FECH, donde las personas se involucran en el trabajo y en la convivencia cotidiana (Febré & Soto, 2018). Una recomendación esencial para considerar es ser conscientes de que la mayoría de la población espera otro tipo de voluntariado, donde se entregue un bien o servicio, siendo un desafío el cambio de concepción sobre este tema. Falta avanzar en establecer relaciones horizontales y direccionales, donde la comunidad se vea a sí misma como una fuente de conocimiento válido para fomentar su propio desarrollo. Al tratarse de una instancia de aplicación práctica de los saberes disciplinares, la posi- bilidad de vincular formalmente a los TTVV con la docencia se vuelve un cuestiona- miento constante, siendo una oportunidad concreta de generar prácticas o trabajos con enfoques como el de Aprendizaje-Servicio ( Jouannet, Salas & Contreras, 2013). Esto permitiría favorecer el vínculo de las universidades con desafíos concretos a nivel país, además de fomentar vocación pública en la formación de futuras y futuros profesiona- les. Hasta ahora han existido iniciativas particulares de vinculación con la formación académica, principalmente a partir de la inquietud y gestión de las y los propios estu- diantes, que han buscado traducir su experiencia en un aprendizaje reconocido acadé- micamente. Existe una tensión constante entre mantener la autonomía de los TTVV
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=