Extensión con sentido país: innovando en las prácticas de extensión, vinculación con el medio y comunicaciones en la Universidad de Chile 2016-2018

540 Respecto a los facilitadores, cabe destacar que tanto el Instituto Psiquiátrico como la Facultad de Odontología de la Universidad de Chile son establecimientos públicos de carácter formador y de atención en salud, referentes nacionales en sus respectivas dis- ciplinas, con un firme compromiso con la sociedad en el campo de la Salud Pública. Además, se encuentran ubicados a sólo pasos de distancia uno del otro. En ese contexto, la búsqueda de alianzas estratégicas para mejorar las condiciones de vida, especialmente de aquellos grupos más vulnerables e invisibilizados de nuestra sociedad, es una tarea que convoca a ambas instituciones. De hecho, la Facultad de Odontología, en su Pro- yecto de Desarrollo Institucional, declara como parte esencial de su visión “posicionar- se en el contexto nacional e internacional como una institución con alto compromiso social” (Facultad de Odontología Universidad de Chile, 2019). Esta visión responde al rol de la Universidad de Chile en cuanto a la formación de una conciencia social crítica y éticamente responsable, y reconociendo como contenido de su misión la atención de los problemas y necesidades del país (Universidad de Chile, 2019). Por su parte, el Ins- tituto Psiquiátrico también declara en su misión su fuerte compromiso social: “Somos un instituto público de Psiquiatría y Salud Mental de mediana y alta complejidad, que brinda atención integral, digna y de calidad a toda persona adulta que lo requiera” (Ins- tituto Psiquiátrico José Horwitz Barak, 2019). El rol social como principio rector de ambas instituciones y por añadidura de quienes forman parte de ellas, en gran medida constituyó el principal facilitador para la concreción de este proyecto de extensión en salud. En cuanto a las barreras u obstáculos para el desarrollo de esta experiencia, en una pri- mera instancia hubo aprensiones respecto al manejo odontológico de pacientes psi- quiátricos. Como nuestra idea de evaluar para posteriormente dar atención a pacientes con estas características no contaba con ninguna referencia previa, nos aventuramos a concretarla pero con cierta incertidumbre. Pensamos que podríamos exponernos a situaciones incómodas o incluso de alto riesgo, por tener una idea sesgada y equívoca de que los pacientes psiquiátricos podrían ser “peligrosos”. Afortunadamente no podíamos haber estado más errados en estas aprensiones iniciales, solo la experiencia fue capaz de demostrarnos lo contrario. Otra barrera que nos complicó al inicio, fue que dada la naturaleza de un proyecto que inevitablemente requería de un fuerte financiamien- to, equipamiento y colaboración de muchas personas, no teníamos la certeza de poder contar con todos los recursos necesarios para su ejecución. Sin embargo, las puertas se fueron abriendo y contamos con el apoyo de muchas personas, fuentes de financiamien- to estatales y donaciones de empresas privadas, que en conjunto permitieron otorgar un importante servicio a la comunidad. Aunque resulte paradójico, pese a la cercanía de esta comunidad a nuestra Facultad, por muchos años permaneció completamente invi- sibilizada ante nuestros ojos, hasta que en buena hora decidimos enfrentar una realidad completamente desconocida para nosotros. La convención internacional sobre los derechos de las personas con discapacidad esta- blece en su artículo 25 que ellas “tienen el derecho al más alto nivel posible de salud sin discriminación debido a su condición” (ONU, 2016). Bajo este marco, en países como el nuestro la voluntad política de integración y de mejora de la calidad de vida de per- sonas en situación de discapacidad, incluyendo a pacientes psiquiátricos, debería dirigir las estrategias orientadas al logro de una mayor igualdad de oportunidades en el acceso y atención de alta calidad en salud.

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