Extensión con sentido país: innovando en las prácticas de extensión, vinculación con el medio y comunicaciones en la Universidad de Chile 2016-2018

362 otra proactiva, interesada y consciente. En este proceso, las personas son reconocidas como verdaderos protagonistas, lo que lleva a pensar en estrategias que favorezcan su inclusión en todos los momentos de la elaboración de planes o proyectos comunitarios (Aguilar-Idáñez, 2001). Paralelamente se entiende la promoción de salud (OMS, 1986) como una herramienta para dar a la población los medios para ejercer y mejorar su calidad de vida. Este trabajo, con método de Investigación-Acción-Participativa, busca entregar poder de acción sobre sus problemas a las comunidades afectadas (Loewenson, 2014), interviniendo de “abajo-arriba” en los determinantes sociales de la salud y pro- moviendo un desarrollo humano integral. Por tanto, la participación comunitaria sirve como motor para motivar y movilizar a la comunidad, impulsando una mejora en su calidad de vida y en su salud. El objetivo de la intervención fue: “formar y acompañar promotores de salud y calidad de vida capaces de conducir actividades comunitarias participativas para mejorar sus propias condiciones de vida, en villas de Bajos de Mena, comuna de Puente Alto, el año 2018”. Esto implicaba capacitar a promotores de salud y calidad de vida, para luego acompañar y facilitar el diseño, ejecución y evaluación de proyectos de forma participa- tiva, sistematizando la experiencia. Puente Alto es la comuna con el mayor número de personas en situación de pobreza multidimensional (MD) de la Región Metropolitana, bordeando las 212.000 (MI- DESO, 2016). De éstas, un porcentaje importante se concentra en el sector conocido como Bajos de Mena (BM), que cuenta con 125.000 habitantes, en su gran mayoría de alta vulnerabilidad (Ministerio del Interior, 2016b). El grado de participación comu- nitaria en BM es mínimo y la desesperanza unida a la vulnerabilidad es máxima: en la elección municipal del año 2016 votó sólo el 16% de los inscritos (SERVEL, 2019) y el 72% de las viviendas declara no tener participación en ninguna organización social (Plan Integral BM, 2015). La situación de pobreza MD en Puente Alto (27,11%) supe- ra con creces tanto el promedio de la Región Metropolitana (16,63%), como el del resto de las comunas urbanas del país(BCN, 2019). La pobreza en la comuna se encuentra concentrada en barrios como BM, con efectos claros sobre la salud de la población. De acuerdo a la Encuesta Nacional de Salud 2016-2017, en la población con menor educación hay 16.2 puntos porcentuales más obesidad, casi cuatro veces más hiperten- sos, y tres veces más diabéticos que en quienes tiene más de 12 años de escolaridad (MINSAL, 2017). Además, en el nivel socioeconómico bajo existe mayor incidencia y prevalencia de consumo de drogas y alcohol que en el nivel socioeconómico alto (SEN- DA, 2017). Existen estudios nacionales que muestran que las personas pobres tienen menor expectativa de vida y mayor mortalidad infantil (Behm, 2011; Montoya, 2006). Asimismo, un cuerpo de evidencia internacional muestra la relación entre enfermedad y muerte con variables tales como el ingreso económico, la alimentación, el saneamiento, la educación, la atención médica, etc. (OMS, 2009). Se ha demostrado que todos estos factores, a su vez, están estrechamente correlacionados entre sí y que su distribución inequitativa/desigual en la población no es sino la expresión visible y el eslabón medi- ble, de una cadena causal que se genera en la organización social, económica y política (OMS, 2009). Esta explicación no obvia, en modo alguno, la existencia de determinan- tes biológicos en el proceso salud-enfermedad-muerte. Al contrario, intenta situar lo biológico en un contexto social, en la tesis de que las causas sociales pueden desencade- nar y transformar los factores biológicos (Behm, 2011) y que en la determinación social de la salud se encuentran las causas de las causas (Marmot, 2005).

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